Llegué a Nairobi el domingo por la tarde, justo a tiempo para ir hasta el hostal antes de que anocheciera. Me daba un poco de pereza ir a la gran ciudad, ya que sabía que habría mucho caos y sería estresante. Pero tenía ganas de ver la famosa Nairobi, que es la ciudad más grande y moderna del este de África. Me alojé en un hostal de mochileros, Milimani Backpackers, en la zona de Upper Hill, que al parecer es una de las más seguras. Es una zona residencial muy tranquila, y el hostal es pequeño y con un ambiente muy familiar.
El lunes me dediqué todo el día a preparar y organizar cosas. Mi madre llegaría en una semana y tenía algunas gestiones pendientes. Tenía que comprar unos billetes de tren en la estación, ir a la oficina de la empresa que nos organizaría el safari y además aprovechar para comprar algunas cosas que me hacían falta. Los del hostal me dieron un pequeño mapa y me explicaron más o menos como llegar al centro de la ciudad. Del hostal hasta el centro no tardé más de un cuarto de hora caminando. La verdad es que me sorprendió lo moderna que era la ciudad. Edificios altos y avenidas grandes llenas de coches particulares. Mucho tráfico pero relativamente ordenado. Comparado con Kampala, la capital de Uganda, Nairobi tiene una infraestructura muchísimo mejor. Estuve todo el día paseando por el centro y pude hacerlo todo muy fácilmente. Las calles son calles claramente marcadas y con nombres, lo cual simplifica mucho moverse de un lado al otro con un mapa, algo que aún no había podido hacer desde que estoy aquí. No sé si es que iba muy mentalizada para enfrentarme al caos o que me he acostumbrado un poco al estilo africano pero la ciudad me sorprendió muy positivamente.
El martes empecé otra corta pero intensa experiencia, viendo de cerca la otra cara de Nairobi, el slum de Kibera. Creo que no hay una palabra en castellano que traduzca literalmente slum, pero vendría a significar barrio marginal, de barracas, chabolas o favelas, normalmente en la periferia de grandes ciudades. No hay datos muy exactos sobre la cantidad de gente que vive en Kibera, pero es el slum más grande de Nairobi y probablemente el segundo mayor de África después del de Johannesburgo, en Sudáfrica. La verdad es que no sabía ni que Kibera existiera, lo descubrí un par de semanas antes cuando estaba leyendo información sobre Nairobi. La guía dedica un pequeño párrafo a hablar de Kibera y propone hacer un tour de medio día con un guía para visitar el barrio y poder conocer el lado más oscuro de Nairobi, que la mayoría de turistas no ve. Cuando leí esto pensé que no podía irme de Nairobi sin pasar por Kibera y empecé a buscar información en internet para enterarme un poco más y para ver cómo podía visitarlo. Enseguida encontré la página web de Kibera Hamlets, una pequeña organización que ha montado una escuela de primaria gratuita y organiza actividades culturales para los niños más pobres de Kibera. Organizaban visitas guiadas por el barrio pero vi que además ofrecían la opción de hacer voluntariado en la escuela. Pensé que mucho mejor que hacer un tour sería pasar unos días con los niños así que envié un mail preguntando si podía ir. John, el fundador y director de la escuela, me respondió muy rápido. Fue muy fácil hablar con él y solamente intercambiando un par de emails más esa misma tarde lo dejamos todo aclarado. Estaría una semana dando clases a los niños y posiblemente participando en alguna otra actividad. Durante esa semana John me buscaría una casa donde vivir.
El martes por la mañana vino Mercy a recogerme en el hostal con un taxista. Mercy lleva unos años colaborando en la escuela e iba a quedarme en su casa durante esos días. Cuando vas en el taxi es fácil darte cuenta de que estas en Kibera. Las calles ya no están asfaltadas, los laterales están llenísimos de pequeñas barracas hechas de placas metálicas donde venden de todo y en general hay mucho polvo y suciedad. Mercy vive en las afueras de Kibera, en uno de los pocos edificios de pequeños apartamentos que hay en el barrio. El edificio por fuera está muy viejo y dejado pero la casa por dentro es mejor de lo que uno puede esperar antes de entrar. Hay un salón bastante grande con sofás, mesa y televisor, una cocina, un baño y dos habitaciones. Hay electricidad pero no hay agua corriente. Las instalaciones de agua están construidas pero hace un tiempo que cortaron el agua de la zona porqué hay mucha gente que no paga. Mercy tiene varios bidones de agua en casa que va a llenarlos en una fuente que hay cerca. La casa de Mercy y todas las del mismo edificio son mucho mejores que la mayoría de las demás, que son barracas. Mercy tiene 24 años, está casada y tiene un hijo de 4 años, Flex. Su marido es transportista y no vive aquí, porqué esta siempre lejos con el camión, así que solo se ven una vez al mes más o menos. Mercy vive con su hijo y ahora también con Mónica, una chica de 19 años que desde hace un tiempo también trabaja en la escuela. Tanto Mercy como Mónica nacieron en Kibera y ahora colaboran voluntariamente para ayudar a los niños.
Después de dejar las cosas en su casa fuimos a la escuela. Para llegar hay que caminar unos diez minutos entre el laberinto de callejuelas de Kibera. La escuela esta en medio del meollo. Hay mucha gente vendiendo comida en la calle y varias tiendecitas. Todo está exageradamente sucio. Como no hay sistema de recogida de aguas toda la mierda está en la calle. Creo que el primer metro de suelo es una mezcla de barro con basura de todo tipo. Por los laterales de las calles hay algunos canales por donde corre el agua marrón lleno de bolsas de plástico, papeles, cartones, etc. y por donde además, pasean las gallinas. La calle que llega a la escuela es estrechísima y el canal de agua ocupa casi todo el espacio por lo que hay que caminar con mucho cuidado. La escuela está separada de las casas de los alrededores con unas vallas metálicas pintadas de azul. El pasillo para entrar a la “oficina” es un canal de agua y para poder pasar han puesto unas láminas de maderas por las que hay que ir saltando hasta llegar a la puerta. La oficina de John está en el “segundo piso” y para subir hay unas escaleras hechas con troncos bastante distanciados. John es un chico de 30 años, muy simpático y que me recibió muy amablemente. Me estuvo explicando cómo funcionaba la escuela y cómo iba a participar yo durante los próximos días.
John también es de Kibera y empezó este proyecto en 2004. En la escuela hay ocho clases, equivalentes a los ocho cursos de educación primaria, que van desde los 6 a los 13 años. Estas son las edades oficiales pero en la realidad los niños se juntan por niveles más que por edades ya que por culpa de sus difíciles condiciones muchos no pueden seguir los cursos al ritmo establecido. Además de las clases hacen muchas actividades. Tienen un grupo de acrobacia, de teatro, de danza, de poesía, etc. Todos los niños participan en alguna o en varias actividades. Se pasan muchas horas ensayando y a menudo van a actuar en locales o fiestas privadas donde les pagan dinero y gracias a esto pueden ir manteniendo la escuela, además de algunas de las donaciones que reciben. Con el tiempo, John consiguió montar una escuela bastante decente, con aulas y material adecuado y tenían hasta una biblioteca con varios libros y ordenadores. Pero en agosto de 2012 ocurrió una gran desgracia. No podía creérmelo cuando me lo contaban. En una de las casas de al lado de la escuela se dejaron un fuego encendido durante la noche y eso provocó un enorme incendio que destruyó varias casas y toda la escuela, absolutamente toda la escuela. Todo lo que habían construido con años de esfuerzo se fue a la mierda en una sola noche. No puedo imaginar la rabia y la impotencia que debieron sentir cuando vieron toda la escuela ardiendo. Casi no pudieron salvar nada y tuvieron que empezar de cero otra vez. En estos dos años han ido reconstruyendo cosas pero la infraestructura es aún muy muy sencilla. Las clases son muy pequeñas y el material está en un estado pésimo. Hay dos pisos. Las clases de abajo tienen todo el suelo de barro y el suelo del segundo piso está hecho con láminas de madera. Estas láminas son desiguales por lo que no encajan ni de lejos unas con las otras, dejando enormes agujeros. Esto, aparte del enorme peligro que supone, provoca que cuando estás en el piso de arriba no puedas dejar absolutamente nada en el suelo porque todo cae abajo. Un libro, un lápiz, una tiza, etc…cualquier cosa que se cae va directamente a la cabeza de los niños de la clase de abajo. Además, como todo el mundo tiene los zapatos llenos de barro, cuando estás abajo te cae continuamente la mierda de la suela de los zapatos del piso de arriba. Como podéis imaginar este ambiente es de lo menos adecuado para estar concentrado en clase. Pero los niños van a clase con ilusión, están muy atentos y se esfuerzan para aprender, es realmente impresionante.
John me dijo que durante la siguiente semana yo daría las clases de matemáticas y ciencias en los cuatro últimos cursos. Uno de los profesores me dejó los ocho libros equivalentes y me indicó donde se habían quedado en la clase anterior para que yo pudiera continuar. Los libros están hechos polvo, la mayoría de ellos sin tapas. A muchos les faltan capítulos enteros y tienen muchas páginas rotas o completamente arrugadas. Solo hay un libro de cada y es para el profesor, los niños toman apuntes. Las clases duran 40 minutos y tienen 6 clases por la mañana antes de comer y los mayores un par de clases más por la tarde. Cada dos clases hay 10 minutos de descanso. La verdad es que nunca había dado clase y ponerse a explicar delante de niños que no conoces de nada es un gran reto. Pero gracias a los niños todo fue mucho más fácil de lo que me imaginaba. En 40 minutos tampoco se puede dar mucho temario así que tenía tiempo de leer lo que tocaba los diez minutos antes de entrar. Los niños estaban muy concentrados y me ayudaban diciéndome cómo tenía que hacer algunas cosas, son impresionantes. Estaban muy contentos de que yo les diera clase. Les he cogido muchísimo cariño en sólo una semana. En clase de ciencias me tocó dar algunos temarios un poco difíciles y de los cuales tenía poca información. Tuve que hablar sobre el SIDA, sobre enfermedades que se transmiten a través de aguas contaminadas etc. Dar la clase no era difícil porqué simplemente iba explicando lo que ponía en el libro, pero es una situación bastante incómoda cuando empiezas a escribir en la pizarra que la principal causa de algunas enfermedades como el cólera o el tifus es el agua contaminada, tirar excrementos en lugares que no están especialmente destinados para ello, no lavarse las manos etc. En el momento en que lo estás explicando te das cuenta, y los niños también, de que ése es el sitio idóneo para coger todas estas enfermedades. Todos los niños de la escuela han perdido múltiples familiares y conocidos por culpa de enfermedades que se podrían haber evitado viviendo en un entorno más saludable. Un 80% de los alumnos son huérfanos y un 10% tienen SIDA.
Mercy lleva desde hace tiempo un grupo de soporte a las chicas adolescentes de entre 12 y 15 años más o menos que lo llaman Girls Empowerment. Se reúnen entre dos y tres veces por semana y hablan de temas que les preocupan como los cambios en la pubertad, las relaciones sexuales, el matrimonio, la familia, el desarrollo profesional etc. John me propuso participar en este grupo durante la semana que estuve allí y hacer alguna charla sobre algún tema interesante. Yo acepté la propuesta encantada. Como no sabía muy bien de qué podría ser interesante hablar, Mercy me dijo que lo que podía hacer era simplemente preguntarles a las chicas qué tema preferían. El primer día entré en la clase, donde había unas 20 chicas, y me dijeron que querían hablar sobre los cambios que se experimentan durante la adolescencia. Es un tema bastante amplio así que acabamos hablando de miles de cosas, desde cambios físicos y emocionales en la adolescencia, a relaciones amorosas, planificación familiar o cómo lidiar con la menstruación cuando no tienes dinero para comprar compresas. Durante más de una hora y media las chicas me estuvieron haciendo un montón de preguntas complicadísimas. Para la mayoría de ellas no tenía una respuesta pero más o menos fui explicando lo que pude. Creo que ha sido uno de los momentos más intensos psicológicamente desde que estoy aquí. No es fácil responder a según qué tipo de preguntas que no tienen respuesta cuando tienes a 20 niñas esperando que les des una solución. Una experiencia difícil pero muy enriquecedora. A las chicas les encanta hablar y algunas de ellas eran muy abiertas hablando de todos los temas. La segunda reunión la dedicamos a hablar de algo que tampoco fue fácil pero al menos no hubo preguntas tan comprometidas. Estuvimos hablando sobre cómo afrontar los retos del futuro y estrategias para conseguir los objetivos que uno se propone.
Durante esa semana pasé muchas horas en la escuela y pude ver muy de cerca cómo funciona su día a día. Quedé impresionada de la cantidad de cosas que hacen con los pocos recursos que tienen. Cómo ya he comentado, hacen varias actividades culturales que requieren muchas horas de ensayo. Todas las tardes se dedican a practicar acrobacias, danzas o teatro. Sobre todo los mayores, que ya han acabado la educación primaria y aún no tienen dinero para poder ir a una escuela de secundaria para continuar con sus estudios, se pasan el día practicando. Hay días que el grupo de teatro empieza a ensayar a las ocho de la mañana y no acaba hasta las seis de la tarde. Tanto el teatro como las acrobacias las hacen en el pequeñísimo patio que hay en el centro de la escuela. John hace un trabajo excelente y se pasa todo el día con ellos, es el que guía la mayoría de las actividades. Me encanta la relación que tiene con los niños, les conoce a todos perfectamente y ellos le adoran, son cómo una gran familia. A los niños les encanta enseñar sus habilidades acrobáticas a todos los que vienen a visitar la escuela y el segundo día que estuve allí hicieron una exhibición sólo para mí, fue genial.
Además de conocer a los niños y ver el funcionamiento de la escuela también pude conocer como es la vida en el barrio. Los primeros días tenía que ir siempre acompañada porque era muy difícil orientarme por allí, pero los últimos días ya empecé a moverme sola. En Kibera toda la vida se hace en la calle. Lo que más me gusta es que se puede comprar de todo. La gente se conoce y es como un pequeño pueblo. Durante esa semana estuvo lloviendo más de un día. Después de cada tormenta se puede ver Kibera en su “máximo esplendor”. Todo el suelo se convierte en barro extremadamente resbaladizo. Hay trozos en los que el pie se hunde por completo y después de cada paso un mazacote de un par de centímetros de barro se te queda pegado en la suela del zapato. Es complicado no caerse, pero os aseguro que caerse allí es de lo menos recomendable. Otro de los momentos “interesantes” es cuando el tren pasa por en medio del barrio. No hay ningún tipo de protección entre las casas y la vía del tren así que la vía se convierte en una calle más. La gente camina, los niños juegan, etc. El tren no pasa muy a menudo, pero cuando pasa, Kibera queda dividida en dos. La única manera de pasar de un lado al otro del tren es cruzando entre los enganches metálicos que unen los diferente vagones. A veces el tren se pasa horas parado y nunca sabes cuándo arrancará. Yo misma tuve que cruzar entre los vagones para poder llegar a casa.
El domingo fuimos con Mercy y Mónica y todas las niñas del colegio “de excursión”. Hay una escuela privada en Nairobi que de vez en cuando monta una tarde de actividades para las niñas de Kibera Hamlets. Un autobús nos pasó a recoger y nos llevó hasta la escuela que está a unos quilómetros al norte de Nairobi. Se llama Peponi School y es un sitio para gente muy privilegiada. Es una de estas escuelas donde los alumnos viven allí. Estudiar en este centro cuesta más de 7000 euros al trimestre. Hay varios alumnos internacionales. La escuela está en un enorme terreno y tiene instalaciones de todo tipo: campos de fútbol y básquet, piscina, etc. Parce un sitio muy elitista y la verdad que me pareció hasta de mal gusto llevar a las chicas de Kibera Hamlets allí. Pero ellas no están en condiciones de rechazar una invitación de este tipo. Las invitaron a comer un buffet con comida buenísima y por la tarde estuvieron jugando a fútbol con un grupo de chicos de la escuela. Algunas de las chicas también participaron en un taller de pintura y pintaron algunos cuadros que después nos llevamos para poder decorar la escuela de Kibera.
Cuando llegué a la escuela y le pregunté a John qué podía hacer para colaborar me dijo que, aparte de dar clases, una de las cosas que más le ayudarían seria preparar unos vídeos de algunas de las niñas mayores de la escuela para ayudarlas a encontrar a alguien que quiera ser su sponsor. El sistema educativo de Kenia consiste en ocho cursos de Primaria (de standard 1 a standard 8), de los 6 a los 13 años, y cuatro cursos de Secundaria (de form 1 a form 4), de los 14 a los 17 años. Una vez se acaba el último curso de Primaria los alumnos tienen que presentarse a un examen nacional para obtener el K.C.P.E (Kenyan Certificate of Primary Education). Los niños tienen que hacer un solicitud indicando a qué centros de educación secundaria quieren ir, por orden de preferencia. Las escuelas seleccionan a los alumnos en función de la nota que han obtenido en el examen nacional que hacen al acabar la Primaria. El funcionamiento sería equivalente al que se utiliza en España para acceder a las universidades públicas en función de la nota de la Selectividad. En Kenya hay tres tipos de Secondary School (también se conocen como High School): las National Schools, Provincial School and District School, las nacionales serían las de mayor prestigio y también las más caras. Desde hace unos años la educación Primaria es “oficialmente” gratuita en Kenya. Digo oficialmente porque a la práctica no es gratuita. Hay que pagar varias cosas “extras” cómo material escolar obligatorio, uniforme obligatorio, tasas para los exámenes etc. Estos pequeños costes no son muy elevados pero hacen que para muchas familias sea imposible llevar a los niños a la escuela. Muchos niños solo pueden ir a la escuela gracias a organizaciones como Kibera Hamlets que ofrecen educación totalmente gratuita. El problema es que estas escuelas sólo pueden ofrecer educación primaria. Después, la única forma de continuar con los estudios es accediendo a uno de los centros de Secundaria, que la mayoría de niños de Kibera no pueden pagar. Por eso John se dedica continuamente a buscar personas que puedan pagar las tasas escolares para los niños que acaban el último curso. No es fácil encontrar un sponsor para cada niño y por eso hay varios alumnos que pasan dos o tres años esperando a poder ir a Secundaria, con el retraso que eso implica.
John me estuvo explicando cómo funciona el sistema. El sponsor se pone en contacto con John para decidir a quién quieren pagarle la escuela. Los niños ya están preseleccionados en alguna escuela de secundaria, están en lista de espera esperando a que paguen las tasas para poder empezar. John pone al sponsor en contacto con la escuela de secundaria que ha aceptado al alumno y el sponsor paga directamente el precio de las tasa a la escuela de secundaria. De esta manera el sponsor tiene la certeza de que el dinero se está utilizando para las tasas escolares de esa persona y no se está destinando a otras cosas. Además, el sponsor puede estar en contacto directo con el alumno a través de email o teléfono. Los niños están encantados de poder explicar cómo les va la escuela y cómo evolucionan con los estudios. Eso ayuda al sponsor a saber que su dinero está ayudando de verdad.
Cuando John me propuso colaborar en la difusión de la información para ayudar a conseguir sponsors me surgieron varias dudas. La primera de todas es cómo eliges a quien ayudas y a quien no. Bueno, John me dijo que eso no es realmente importante. Si tienes ganas de ayudar lo importante es ayudar a alguien. Hay muchos niños que necesitan esta ayuda. Una persona ayudará a uno y otra ayudará a otro, y probablemente habrá muchos que se quedaran sin ayuda. Pero el hecho de no poder ayudar a todos no significa que no se deba ayudar a alguien. Al final creo que es una cuestión de intuición, hay personas que por lo que sea te generan más simpatía. Igual alguien decide ayudar a un niño que quiere ser doctor porqué él es doctor. Otro decidirá ayudar a otro porque quiere ser profesor y considera que es lo más necesario ahora mismo. Otra persona decidirá ayudar una chica porque la ha oída hablar y le ha gustado más que otra simplemente. Así que bueno, después de darle varias vueltas al tema pensé que no me costaba nada añadir en mi blog una página con la información de estas chicas. De esta manera si alguien está interesado en colaborar tiene información. A veces la gente quiere ayudar y no sabe cómo. Yo he tenido la oportunidad de pasar unos días con estas chicas y he podido ver lo que hacen, lo que piensan, la ilusión y las ganas que le ponen a todo, así que creo que cualquiera de ellas que reciba una ayuda económica para poder continuar con su eduación la utilizará de la mejor manera posible.
En África, y sobre todo en las zonas más pobres cómo en Kibera, uno de los mayores problemas es que la gente tiene muchos hijos. Las familias no tienen dinero para poder pagar la comida y las tasas escolares de todos los hijos. Además, mucha gente muere muy joven debido a las condiciones pésimas en las que viven. Esto hace que los niños se queden huérfanos. Normalmente otros familiares se encargan de ellos. Pero estos familiares también tienen sus hijos. Los problemas crecen exponencialmente. Los niños tienen que luchar por conseguir comida y para ir a la escuela. Después de la comida las school fees es la máxima preocupación de todas las familias de Kibera. Es evidente que este modelo no es sostenible y creo que la única forma de que esto cambie algún día es invertir en educación.
Actualmente hay 11 niñas en la escuela que necesitan un sponsor urgentemente. El viernes me reuní con ellas y estuvimos decidiendo conjuntamente cómo podíamos hacer los vídeos. Yo les propuse que cada una de ellas preparara un escrito personal. Yo les hice una guía sobre qué podían decir pero quería que el escrito fuera totalmente personal y que cada una escribiera lo que quisiera. En el blog he colgado cada uno de los escritos tal y cómo lo escribieron ellas. Lo único que hice fue pasarlos al ordenador y arreglar alguna falta de ortografía, pero lo demás lo he dejado igual. A partir del texto que hicieron grabamos un pequeño vídeo de cada una. Si leéis los escritos veréis que todas quieren estudiar para ayudar a los demás. Es realmente injusto que niñas de 14 años estén luchando para poder estudiar y que además su principal motivo para hacerlo no sea para mejorar su propio futuro sino para poder ayudar a sus hermanos pequeños y a las demás personas que lo necesiten. Es imposible quedarse indiferente después de pasar un rato con ellas y ver cómo hablan y lo claras que tienen las ideas.
Bueno, creo que esta fue la semana más intensa emocionalmente del viaje hasta el momento. Estuve sólo una semana con ellos pero tengo la sensación de haber compartido y aprendido miles de cosas. Me dio mucha pena irme de allí, mientras las niñas me suplicaban que me quedara. Siempre es triste despedirse y sobre todo cuando la experiencia ha sido tan bonita. El último día por la noche hicimos cena de despedida en casa de Mercy, les cociné un pollo con patatas que les gustó mucho.
Hace ya casi una semana que dejé la escuela. Al día siguiente llegó mi madre que ha venido a visitarme por dos semanas. Llevamos unos días de safari espectaculares. Ahora estamos en Nairobi otra vez y el viernes vamos a visitar Kibera Hamlets. Ya tengo ganas de verles a todos otra vez. En las próximas entradas os explico cómo han ido nuestro safari y la visita a Kibera.
Podéis conocer a las chicas de Kibera en el siguiente link (de momento hay los textos, colgaré los videos y más información sobre cómo ser sponsor durante los próximos días cuando la conexión a internet me lo permita):
Kibera Hamlets Girls Sponsorship
En los siguientes links podéis ver las fotos de esos días y además adjunto un vídeo promocional que creo que está muy bien hecho:
Toni dice
Hooolaaa!!
Emocionant.
Ara entenc per què has estat tants dies sense publicar.
Això ha estat diferent.
M’agrada la iniciativa que has tingut amb les cartes de les noies. Encara no les he llegit totes.
El video promocional… molt currat pels mitjans que deuen tenir.
La classe és … no sé que dir.
Penso que hauré de tornar a Africa. Que ajudaré ho tinc clar, però també hi tornaré.
Ara segur que estas disfrutant d’una altra manera aquests dies.
Agafa forçes pel que et queda!
Toni
Kris Xerca dice
Merci Toni! Si ha sigut una experiencia molt diferent! Espero que hagi anat bé la teva tornada! Parlem aviat, una abraçada!
Ingrid dice
Aquesta també ha estat l’entrada més intensa emocionalment…sense paraules!
Kris Xerca dice
🙂
Rosa dice
Vivencies aixi ens ajudan a tocar de peus a terra i valorar al que tenim.
Estic amb moltes ganes de visitar l’escola.
C.P. dice
Que heavy… Ens queda molt a fer encara!
Kris Xerca dice
Doncs si…
Rosa dice
Despres d’estar aquest mati a Kibera, et quedes amb una sensacio estranya… Aquest barri es una gran ciutat marginal dins Nairobi (un milio de persones ens han dit, pero hi ha qui diu que moltes mes perque es molt dificil saber-ho), on les condicions de vida son horribles… Gana no en passen….d’aixo no crec que es morin… Pero de malalties per les condicions de vida si.
I el pitjor es que poden viure i subsistir dins de Kibera, pero es impossible que puguin sortir del barri, si no es estudiant per poder aconseguir despres una feina a l’altra banda de Nairobi… I per aixo necessiten diners que no tenen per fer secundaria i accedir a la universitat…
Sobte molt arribar a l’escola gratuita on va fer el voluntariat la Kris i veure els nens petits i grans amb una alegria per estudiar i unes ganes de fer coses, assajant sota la direccio del John , per guanyar diners per tirar endavant l’escola i poder continuar estudiant.
M’ha emocionat com han rebut tots a la Kris, demanant-li que es quedes per donar-los classes!!! Compensacio per la feina ben feta!
Una experiencia molt emotiva i amb reflexio per veure les ganes de superacio de nens que no tenen res…. I els esforços dels mes grans per ajudar als que venen darrera perque puguin tenir una vida amb millors condicions.
Gracies Kris!
Kris Xerca dice
M’alegro que veiessis l’escola! vas ser una bona experiencia! i aixi has pogut veureho amb els teus propis ulls, que no es el mateix que llegirho!
Laia Vives dice
Quan viatges la part més emotiva sempre es produeix amb el contacte amb la gent. Dóna molt que pensar que gent que té tan poc i que viuen en condicions extremes ens puguin ensenyar tant. Donem una mica de nosaltres i ells ens ho donen tot.
No saps com m’alegra Cristina que puguis experimentar totes aquestes vivències i que també les hagis pogut compartir uns dies amb la teva mare.
Kris Xerca dice
Gràcies tieta!!
Pedro Vicuña dice
Increible, m’has deixat sense paraules molt intens!!!
Kris Xerca dice
Gràcies, la veritat és que Kibera no deixa indiferent !
Dani dice
Quina experiència tan enriquidora això de poder donar classes a Nairobi. A vegades penso que malgrat els nostres coneixements intel.lectuals, aquests nens tenen moltes coses per ensenyar-nos, més que no pas nosaltres a ells.
Salutacions
Dani
Kris Xerca dice
I tant, se’n pot aprendre moltíssim d’ells!
Ana Isabel Escriche dice
La gran experiencia es que, el profesor acabe siendo alumno de los que enseña. Enhorabuena por atreverse a cruzar esa línea que separa lo turístico de lo auténtico. Un país también son sus miserias pero por encima de todo está el trato con la gente. Saludos.
Kris Xerca dice
Si…creo que acercarse a la gente del lugar es la mejor manera de acabar conociendo un país. Ver la miseria y no quedarse sólo con las atracciones turísticas da una imagen mucho más completa. Saludos
Gema Divinos Sabores dice
Espectacular post y sobretodo fruto de una gran experiencia. Me encantaría algún día poder tener una experiencia cuanto más semejante posible. Y me encantaría poder llevarme a mi hijo, para que conviva con estos pequeños. Ellos no tiene fronteras..
Kris Xerca dice
Si, es una experiencia totalmente recomendable. Es duro, pero como bien dices, muy enriquecedor.
Alfonso (The World Thru My Eyes) dice
Grandísimo y humano artículo!, esto si que son experiencias.
PD: Gracias por compartirlo en iamtravelblogger.
Kris Xerca dice
Gracias Alfonso! Me alegro de que lo hayas disfrutado 😉