Después de estar unos cinco días por el norte de Malawi, llegué a Nkhata Bay, un pueblo en la costa noroeste del lago. Allí me instalé en Butterfly Space, un lodge para viajeros pero también un proyecto para intentar contribuir en la comunidad de diferentes maneras. Lo llevan Josie y Alice, dos chicas inglesas que hace más de 10 años que viven en Malawi y empezaron este proyecto hace siete. El lodge está situado a un quilómetro aproximadamente del centro de Nkhata Bay, justo al lado del lago. Como el terreno se eleva bastante rápido en realidad está situado en la ladera de la montaña y toda la zona tiene bastante pendiente. Es un terreno muy amplio, boscoso y con varias cabañas, zona de acampada, huerto, bar, y una parte central con sofás y mesas. El sitio es muy tranquilo y agradable. En el mismo terreno hay un edificio donde dan clases a niños del primer curso de primaria y algunas tardes organizan actividades para los jóvenes de la zona. Además tienen dos escuelas de parvulario, una cerca de Nkhata Bay y la otra en una zona más rural. También hacen varios talleres y cursos para que las mujeres puedan empezar pequeños negocios, como vendiendo mantequilla, telas, etc. Un día a la semana tienen un grupo de apoyo a discapacitados y otro día a los que están infectados con el virus de VIH, pero que aún no han desarrollado la enfermedad. También tienen una sala de informática donde dan cursos gratuitos para los jóvenes. Quedé muy impresionada con la cantidad de cosas que hacen. Es un sitio muy completo. Además es todo ecológico. Tiene sus huertos, tienen sus tanques de agua que cogen del río y la tratan para que sea potable y los váteres sirven para hacer compostaje. Uno de sus principales actividades es potenciar la permacultura en las escuelas y las casas para generar un entorno auto sostenible y ecológico. Es decir, intentar obtener el máximo beneficio de las plantas, del agua etc. perjudicando el entorno el mínimo posible. El objetivo es intentar que saquen el máximo provecho de lo que les da la naturaleza. Muchas veces lo tienen al lado pero no saben cómo utilizarlo. Hacen un trabajo excelente.
Vienen varios voluntarios en Butterfly, algunos que están sólo unas pocas semanas como en mi caso, y otros que están varios meses. Los voluntarios tienen bastante libertad para colaborar en el proyecto que más les interese y para aportar sus propias ideas. Cuando llegué había un chico noruego, Tom, que se encargaba de dar las clases de primaria y otro chico francés, JB, que acababa de llegar pero tiene planeado instalarse aquí por seis meses. Ahora estaba ayudando a mejorar algunos de los canales de agua y a implantar un sistema de riego. También da clases de informática de Excel por las mañanas. Tom es un friki del deporte y decidió montar un gimnasio, así que con el material que encontró construyó una pequeña zona deportiva. La verdad es que le quedó muy bien. Al cabo de unos días Tom se fue y llegaron dos chicas alemanas, una pareja inglesa y otro chico inglés. Los ingleses y las alemanas se encargaron de relevar a Tom en las clases de primaria y también colaboraron en las de parvulario. Yo estuve haciendo un poco de todo. Los primeros días, Francis, el jardinero me estuvo enseñando algunas cosas. Estuve ayudándole a plantar algunos árboles nuevos, a regar las plantas y alguna cosa más. También fui a visitar la escuela de parvulario y estuve ayudando a Tom en algunas clases. Las clases de primaria las empezaron el año pasado. Alice tiene una hija de seis años. El año pasado empezaba la primaria así que decidió darle ella misma las clases y montó una pequeña clase con varios niños del pueblo. Este año Alice tiene que trabajar en otras cosas así que no puede dedicarse a tiempo completo a las clases y han contratado a una profesora local. Pero la profesora tiene poca experiencia y pocas ganas de dar clase, así que de momento van tirando con los voluntarios que van viniendo. Un día acompañé al chico que se encarga del aula de informática a ir por las diferentes escuelas de secundaria del pueblo para animar a los estudiantes a apuntarse a los cursos. Fue bueno que le acompañara porqué los alumnos prestan más atención si les habla una muzungu. Pasábamos un par de minutos por cada clase y les intentaba convencer de que apuntarse a clases de informática les sería útil.
Pero a lo que dediqué la mayor parte del tiempo fue a ordenar y limpiar. A los que ya leísteis mi experiencia en el voluntariado que hice en Uganda, no os sorprenderá. Cuando vi las condiciones en las que estaba la escuela decidí que no podía irme de allí sin arreglar eso. Como de costumbre, a primera vista, parecía que estaba todo bastante decente, pero a la que empezabas a pasearte un poco te ibas dando cuenta de la magnitud del percal. Tom, estaba desesperado con el desorden, no encontraba nada. Cuando le dije que estaba pensando en ponerme a ordenar eso dijo que claramente era una idea genial. La verdad es que ya había gente suficiente dando clases y yo en el tema de la jardinería no veía qué podía aportar. Así que pensé que me dedicaría a ordenar eso, ya que es lo que nadie quiere hacer. El tema es más grave de lo que parece, porque no se trata sólo de que esté limpio y ordenado. El problema es que está lleno de material que puede ser muy útil pero que nadie utiliza porque ni siquiera saben que está allí. Es sobretodo un problema para los voluntarios que llegan allí para dar clase y no pueden usar nada porque está todo sucio, disperso y desordenado. Alice, el año pasado preparó muchísimo material para dar clases, pero el parecer el orden no es su fuerte y está todo por allí tirado. Es una pena que esté así porqué tiene que volver a hacer muchas cosas que ya tiene hechas sólo porque no se atreve a buscar entre las montañas de objetos. Ordenarlo todo me llevó muchísimo más tiempo del que me esperaba. Me pasé dos semanas unas cuatro horas al día para acabarlo. Cuantas más cosas movía más cosas salían. No podéis imaginar la cantidad de cosas que tienen. Juegos, puzles, materiales, educativos, muñecos, legos, pinturas, material para manualidades…en fin, absolutamente todo mezclado. A parte de que había más bichos allí dentro que en todo el bosque creo. Millones de arañas, lagartijas y hormigas instaladas entre los libros y los juguetes. Pero después de muchas horas conseguí que eso quedara perfectamente ordenado. Separé las cosas por temáticas y puse etiquetas para que fuera fácil encontrarlo todo. Evidentemente eso se va a ir desordenando pero creo que ahora va a ser mucho más sencillo dar las clases. Los voluntarios lo agradecieron.
Los lunes es el día del grupo de discapacitados, que lo lleva Alice. La segunda semana Sebastian, el chico inglés, Tom, y yo la acompañamos. Primero fuimos con su coche, una pick-up destartalada, a recogerlos en sus casas. En verdad son unos 16 pero ese día solo vinieron la mitad. El grupo es muy variado, hay niños, jóvenes y alguno mayor. Todos tienen discapacidades muy diferentes. Algunos se ve claramente que tiene discapacidades físicas y psíquicas, pero otros, solo tienen un comportamiento un poco raro. Alice nos estuvo explicando que aquí se siente muy impotente trabajando con ellos, porqué nadie les diagnostica. Ella por intuición sabe más o menos lo que le pasa a alguno de ellos, pero de otros no sabe nada. Es una pena, porqué seguro que muchos de ellos si estuvieran en un país más desarrollado con alguna medicación o una terapia adecuada podrían llevar una vida más normal. Además, muchas de las familias se avergüenzan de los discapacitados y los tienen escondidos en casa. No hay ninguna asociación ni grupo de soporte para ellos. Alice es la única que les ayuda. Dice que a veces, lo único que necesitan es que alguien salga con ellos a tomar una Coca-Cola en un bar o a pasear por el pueblo, para que la gente vea que son personas normales. Después de dar varias vueltas por el pueblo y llevar el peculiar grupo de gente en la zona trasera de la pick-up, llegamos a la escuela otra vez. Allí hicimos algo que Alice ya lleva más de un año haciendo, y que me pareció muy interesante. Junta a los discapacitados con los niños de primaria, y durante las dos últimas horas de clase están todos juntos. Normalmente intenta hacer alguna actividad bastante dinámica. Ese día tocaba hablar de los 5 sentidos y Alice estuvo haciendo varios ejercicios y juegos. Por ejemplo, le iba tapando los ojos a cada uno con un pañuelo y tenían que adivinar a partir del tacto, el olor o el sabor qué eran algunas cosas. Todos se reían mucho. También contó algún cuento y cantaron varias canciones, la actividad favorita de los niños. Son realmente admirable las ganas y la motivación que le pone Alice y la habilidad que tiene para lidiar con todo tipo de personas. Después de las clases les dan comida. Algunos comen solos pero otros necesitan ayuda. Me gustó mucho poder participar un día con este grupo y ver lo que hace Alice.
Los martes es el día del grupo de apoyo a los que tiene el VIH. Esto también lo lleva Alice y lo que ha hecho es organizar una especie de curso que dura unas 15 semanas. Los que se apuntan tienen que venir un día a la semana a clase. Dura una hora y cada día se habla de un tema diferente. El objetivo principal es que los que están infectados conozcan exactamente qué es el virus, como se puede transmitir, y como tienen que cuidarse para evitar que la enfermedad se desarrolle. Ese día empezaba un nuevo curso y sólo vinieron tres personas. Dos mujeres mayores y una bastante joven con su bebé. Alice estuvo hablando de las formas de transmisión del virus y de la importancia de tomar las retrovirales cada día. Me gustó mucho su manera de hacerlo. Más que una clase era como una discusión entre todos. Remarcaba mucho la importancia de hablar abiertamente. Al principio las mujeres estaban muy calladas pero poco a poco se iban sintiendo más cómodas y participaban más. Alice dice que es muy importante hablar sobre cómo se transmite el virus y como hay que tratarlo porque corren muchos mitos falsos. Fue muy interesante asistir al curso y aprendí varias cosas. Otra vez, admirable el trabajo de Alice.
Finalmente, uno de los días más divertidos fue uno que estuvimos dando clases de natación a los niños de primaria. Aunque el lago ocupa gran parte del país, hay muchos locales que no saben nadar. Hacía días que queríamos hacer la clase pero hacía mucho viento y el agua estaba muy movida. El último viernes pudimos hacerlo. Estuvimos Gary y Sami, la pareja inglesa, y yo. A la última hora de clase bajamos con los niños a una pequeña playa que hay justo delante del lodge. Sólo llegar ya se produjo una situación bastante graciosa. Rio, el perro de Josie, estaba por allí y dos o tres niños que le tenían pánico empezaron a llorar como locos y a subirse por encima de unas rocas. No había manera de que bajaran. Y claro, ellos escalan por las rocas como si nada, pero nosotros no éramos tan hábiles, pero al final conseguimos cogerles. En el agua algunos se divertían mucho pero otros estaban muertos de miedo. Había muchos niños y nosotros solo éramos tres, pero íbamos intentando que todos se metieran en el agua. Intentábamos que nadaran con los pies, pero a veces era imposible. Había un par de niñas que las tenía pegadas como pulpos y no había manera de que bajaran. Algunos estaban jugando con la arena y cuando nos acercábamos para animarles a que vinieran a nadar se iban corriendo. Fue un poco caótico, pero por lo menos conseguimos que estuvieran un rato en el agua. Van a hacer eso un día a la semana, cuando el tiempo lo permita, así que poco a poco irán cogiendo más confianza.
Casi no he hablado de Josie, porqué ella lleva todos los proyectos de permacultura y casi no trabajé con ella, pero también hace un trabajo excelente. Pasé unos días muy relajados allí, el sitio es precioso y hay muy bien ambiente. Uno de los fines de semana fui a visitar la isla de Likoma, como expliqué en la entra anterior. El último fin de semana no había casi nadie porque todos se fueron al “Lake of Stars”, un festival de música bastante famoso que hacen cada año en el sur del país. Me hubiera gustado ir pero estaba muy lejos y me hubiera costado bastante dinero. Me daba un poco de pereza hacer tantos quilómetros y además prefería guardar el dinero para otras actividades. Ahora ya estoy en Zambia, visitando las Cataratas Victoria, un sitio increíble y con infinidad de cosas por hacer. Os lo cuento en la próxima entrada.
Podéis ver las fotos de Nkhata Bay en el siguiente link:
Rosa dice
Impressionant el treball de l’Alice i la Josie!!!
Sembla mentida la motivació dels que decideixen marxar lluny de casa nomes per ajudar als altres a apendre a utilitzar els recursos que tenen aprop per que puguin viure millor, a fer el possible perque estudiin i siguin capaços despres de ser ells els que ensenyin i ajudin.
Si tot això ja ha de ser dificil, complicat i requereix molt esforç…. fer visibles als descapacitats i estar amb ells tractant-los com persones sense cap problema, encara ho ha de ser molt mes, perque com be dius les seves propies families i resta de poblacio se’n avergonyeixen (cosa que per desgracia tambe passa encara amb algunes persones en el mon «civilitzat»…)
Sorpren tambe la manera en que poc a poc la gent va agafant confiança a tots els «muzungus» que veuen que es preocupan per ells i que realment venen a ajudar.
Tota una experiencia per a tu i per nosaltres que et seguim molt gratificant!!!
Petons.