Día 9: De Palmwag a Brandberg (312 km)
Después de tres días de aventura por las zonas más remotas de Namibia, esa noche habíamos dormido en Palmwag. Ahora estábamos en la zona de Damaraland, un poco más al sur, y bastante más visitada. En esta región hay varias cosas interesantes para ver, todas muy cerca unas de otras. Primero fuimos al Bosque Petrificado (Petrified Forest en inglés), una zona donde se pueden ver varios troncos de árboles que llegaron allí hace millones de años arrastrados por un río y con el paso de los años quedaron petrificados. Un guía nos dio una vuelta y nos enseñó algunos de ellos. Después fuimos a Twyfelfontein, una zona rocosa con varios grabados rupestres hechos hace miles de años. Una chica joven nos hizo de guía y nos estuvo explicando el significado de algunos de los grabados. Principalmente eran animales. La chica era muy simpática y divertida y nos reímos bastante. Después fuimos a ver unas rocas conocidas como Organ Pipes, ya que tienen forma de tubos de órgano. Están al lado del camino y no hace falta ir con guía. La verdad es que lo venden mucho mejor de lo que es, era curioso pero no muy impresionante. Finalmente pasamos al lado de la Burnt Mountain (que significa montaña quemada). Es de color negro y según nos explicaron lo mejor es verla durante el amanecer o el atardecer que es cuando los colores son más bonitos. Nosotros fuimos al mediodía así que tampoco nos pareció muy impresionante. En toda esta zona el paisaje sigue siendo igual de espectacular que el que habíamos visto los días anteriores. No era tan emocionante porque no estábamos absolutamente solos en medio de la nada, pero en general había poca gente en todos lados.
Nuestro siguiente destino era Brandberg, la montaña más alta de Namibia, con 2573 metros de altitud. Cuando llevábamos un rato conduciendo oímos un fuerte ruido. Primero pensamos que había sido una piedra que había golpeado el coche. Pero el ruido seguía, así que al cabo de unos segundos paramos el coche para ver qué pasaba. Habíamos pinchado otra rueda. Pero esta vez no era un pinchazo normal… ¡Estaba completamente destrozada! Era la misma rueda que habíamos pinchado un par de días antes. Nos quedamos bastante sorprendidos al ver cómo estaba. Después nos dimos cuenta de que el guardabarros de la rueda estaba todo deformado y rozaba con el neumático. Estuvimos haciendo varias hipótesis sobre lo que había pasado, pero no estábamos seguros de nada. No sabíamos si primero el plástico se había deformado y había cortado todo el neumático o si la rueda había explotado y había deformado el plástico. Estaba claro que teníamos que cambiar la rueda. Pero aunque la cambiáramos el plástico seguía rozando el neumático así que teníamos que mirar cómo lo solucionábamos. Después de darle algunas vueltas, a base de fuerza y un poco de ingenio, conseguimos arreglarlo de una forma bastante chapucera. Usamos una caja de cartón de unas galletitas saladas que teníamos por el coche y mucha cinta aislante. Nos quedó lo suficientemente bien como para poder continuar. Pero allí no acabaron los incidentes del día. Al cabo de un rato, cuando estábamos pasando por una zona de arena, con un de los botes que dio el coche, el retrovisor del lado del copiloto se cayó y quedó colgando de un cable. Como no podíamos parar encima de la arena tuvimos que llevarlo en la mano durante un rato. La situación era bastante divertida. Ese retrovisor ya estaba mal cuando nos dieron el coche. Lo intentamos arreglar en un taller pero el arreglo no duró mucho. En vista de que poner tornillos no había sido eficaz, decidimos arreglarlo con cinta aislante. El coche cada vez tenía más parches, pero es increíble lo útil que es la cinta aislante.
Finalmente pudimos llegar al White Lady Lodge & Campsite, al pie del Brandberg, donde pasamos la noche. La montaña es espectacular y se ve desde lejos ya que se eleva en una zona muy llana. De camino pudimos ver como se ponía el sol por detrás de la montaña, con unos colores espectaculares.
Día 10: De Brandberg a Cape Cross (257 km)
En la montaña de Brandberg hay unas pinturas rupestres conocidas como La Dama Blanca (White Lady en inglés). También son bastante famosas. Pero el día anterior ya habíamos estado visitando varias cosas y nos dio un poco de pereza. Así que decidimos no ir a visitarlas y nos dirigimos directamente a Uis, el pueblo más cercano a la montaña. Casi no teníamos gasolina ni comida, así que queríamos reponer allí. Además teníamos que conseguir una rueda de recambio. Pero no habíamos tenido en cuenta que era domingo, estaba todo cerrado. Cuando estás de viaje se pierde la noción del tiempo fácilmente. Al menos pudimos poner gasolina y comprar algo de comida en una pequeña tienda. No había ningún taller mecánico abierto así que tuvimos que posponer la compra del neumático para otro día.
Esa noche queríamos dormir en la costa, ya teníamos ganas de ver el mar. Optamos por seguir unos caminos secundarios que pasaban cerca del Spitzkoppe, una montaña de picos altos y escarpados bastante espectacular. Durante el trayecto pudimos disfrutar de bonitas vistas. A media tarde llegamos a Henties Bay, en la costa. Después de varios días de ruta por zonas desérticas y áridas, teníamos el impresionante océano delante. Seguimos unos cuantos quilómetros por la costa hacia al norte, hasta Cape Cross. Nos instalamos en el Cape Cross Lodge, un bonito camping a primera línea de mar desde donde pudimos ver una puesta de sol preciosa.
Día 11: De Cape Cross a Swakopmund (194 km)
La costa del norte de Namibia se conoce como la Costa de los Esqueletos (Skeleton Coast en inglés). Tiene este nombre debido a que es muy difícil navegar por sus aguas y durante años muchos barcos naufragaron en la zona y llenaron la costa de restos de buques hundidos. Actualmente quedan muy pocos restos. Lo primero que hicimos ese día fue visitar una colonia de focas que había justo al lado del campamento. Había centenares de focas todas juntas. El escenario es espectacular. Nos pasamos un buen rato observándolas. Son muy agresivas y pudimos ver varias peleas entre ellas y algunos bebés muertos.
Después de ver estos curiosos animales, recorrimos unos quilómetros de costa hacia el norte. Al cabo de un rato salimos de la carretera principal y nos metimos por la arena hasta llegar al lado del agua. Conducir por la arena era difícil pero por suerte habíamos cogido experiencia los días anteriores. Allí había algunos pescadores. También pudimos ver los restos de un buque hundido que estaban en la arena. La playa es larguísima y solitaria, totalmente virgen. Es genial caminar por allí. Además, había varios grupos de gaviotas descansando en la arena. A medida que nos acercábamos caminando empezaban a volar progresivamente creando una imagen preciosa.
Al mediodía volvimos a bajar por la costa hasta Henties Bay, por donde habíamos pasado el día anterior. Allí comimos una pizza delante del mar disfrutando del impresionante ruido de las olas. Por la tarde llegamos a Swakopmund, la principal ciudad turística de la costa. Dormimos en el Desert Sky Backpackers. Por la noche salimos a tomar una copa por la ciudad, aunque había muy poco ambiente.
Día 12: De Swakopmund a Sesriem (342 km)
Esa mañana estuvimos paseando un rato por la ciudad. Es una ciudad alemana, bien estructurada y con un par de calles principales llenas de tiendas de ropa y recuerdos varios. Por fin conseguimos encontrar un taller mecánico decente y compramos una rueda nueva. Nuestro siguiente destino era el desierto. Pero esta vez el desierto de “verdad”, lleno de altas dunas de arena. Todo el país es desértico pero en la zona sur oeste es donde hay las dunas. De hecho, justo a las afueras de Swakopmund ya se pueden ver. Teníamos que recorrer unos cuantos quilómetro hacia el sur y adentrarnos hasta el parque de Namib Naukluft. La primera parte de la carretera transcurría por el lado de la costa y la imagen era espectacular, con el océano a un lado y las dunas de arena al otro. Hicimos una pequeña parada en la ciudad de Walvis Bay, donde pudimos ver a varios grupos de flamencos que teñían de rosa la zona arenosa cerca del puerto.
Llegamos al parque de Sossusvlei a media tarde. En Sossusvlei hay las dunas más famosas de Namibia, ya que son las que tienen más fácil acceso y por tanto las más visitadas. Llegamos justo a tiempo para poder ver la puesta de sol desde encima de una pequeña duna. Dormimos en el Sesriem Camp, un campamento situado justo a la entrada del parque. Las puertas abren después del amanecer, pero si duermes dentro puedes ir a las dunas cuando aún es de noche y ver la salida del sol desde allí.
Día 13: Dunas Sossusvlei (176 km)
Nos levantamos a las 4.30 de la mañana y a las 5 ya estábamos de camino a las dunas. Nos paramos a la Duna 45, conocida con este nombre porque está situada a 45 quilómetros de la entrada. Es típico ver el amanecer desde aquí y todos los que estábamos en el campamento habíamos madrugado con la misma intención. Una fila de personas subía lentamente por la duna cuando justo empezaban a salir los primeros rayos de sol. Hacía frío y costaba caminar por la arena, pero el paisaje que nos rodeaba era impresionante. Nos comimos unos pequeños bocadillos que habíamos preparado sentados en la cima mientras veíamos salir el sol por detrás de las dunas. Al cabo de un rato la gente empezó a bajar. Bajar es mucho más rápido y divertido que subir. La mayoría de gente bajaba corriendo por la arena. Nosotros hicimos lo mismo. Después volvimos a coger el coche y conducimos hasta el final del parque para ver más dunas. Los últimos quilómetros son de arena muy fina y solo se pueden hacer en 4×4. Antes de seguir con la aventura decidimos tomarnos un buen desayuno. Lo bueno de ir con la casa en el coche es que puedes instalarte en cualquier sitio. En el parking montamos el camping gas, la mesa y las sillas y cocinamos unos lomos con queso para coger energía. Habíamos madrugado mucho y nos merecíamos un pequeño lujo. Después fuimos caminando hacia un pequeño valle rodeado de altas dunas conocido como Deadvlei. El centro del valle es llano y está lleno de árboles secos. Todo el paisaje es impresionante. Finalmente fuimos a subir la “Big Mama”, una de las dunas más altas de la zona. Esta vez estábamos solos caminando, teníamos la duna para nosotros y la sensación era aún mejor. Desde la pequeña cima a la que habíamos llegado podíamos ver todas las dunas que nos rodeaban, de arena fina y color cobre. Bajamos haciendo todo tipo de tonterías. Es muy divertido correr y tirarse por la arena.
Al mediodía salimos del parque y nos instalamos en el Agama River Camp. Esa tarde aprovechamos para descansar y ordenar y limpiar un poco el coche. El campamento era muy tranquilo y estaba situado en una zona salvaje, por donde pasaban algunos animales. Había una pequeña piscina donde venían los oryx a beber. Por la noche, cuando ya estábamos durmiendo en la tienda, un jackal tiró el cubo de basura y empezó a comerse todos los restos. Aunque parece que estés solo, nunca estás solo cuando duermes en medio de la naturaleza.
Día 14: De Sesriem a Windhoek (240 km)
Era el último día. Un poco tristes estuvimos recogiendo y preparando las maletas y empezamos nuestra ruta hasta Windhoek. Seguimos una carretera secundaria que también nos había recomendado Chris. Cruzamos un puerto de montaña conocido como Spreetshoogte Pass desde donde había muy buenas vistas. Al mediodía llegamos a la ciudad y nos despedimos del coche.
Esa noche la pasamos en el Chameleon Backpackers, el mismo donde yo había pasado una semana antes de que llegaran Ivan y Judith. Como ya comenté, es un sitio muy tranquilo y cómodo. Ivan se iba el día siguiente así que fuimos a cenar en un restaurante por la ciudad y salimos de fiesta para despedirnos y celebrar el éxito de nuestra aventura.
Podéis ver las fotos de estos días en el siguiente link y también un vídeo con las mejores imágenes de toda la ruta en coche:
Rosa dice
Quinas postas de sol mes xules!
La foto del peus del pingui molt bona!
Un bon rotllo de cinta aillant basic per anar d’avdntura!!! Jaja
Kris Xerca dice
jajaj la cinta aïllant pot solucinar més coses del que sembla !!
(no es un pingüí, es una foca 😉
padrinet dice
El video està molt be, m’ha agradat. No sabia que a l’Africa hi haguessin foques.
Amb el tute que doneu al cotxe, es té que reconéixer que aguanta prou be. Encara que si el feu servir gaire més, m’imagino l’escena de quan el torneu: «Aqui tiene el coche……..el resto se ha ido quedado por el camino»……….. i els hi fas entrega solemne del retrovisor.
Kris Xerca dice
Jajajajja, el dia abans de tornar el cotxe vem ordenarho i netejarho tot per dissimular les destroces que haviem fet…i algunes coses que vam perdre pel camí. Va funcionar 😉
Si hi ha foques al sud…Namibia i Suafrica, està ben freda l’aigua per aquí, també hi ha pingüins, pero això serà d’aquí uns dies !
Carlos dice
I las fotos dela fiessstaaa?!?!?
Bastant increible! Una abraÇada!
Kris Xerca dice
Jajajaja no es pot penjar tot…no veus que la seguidora número 1 del blog és mamare!!! Hi ha moments en que es millor deixar la càmara a casa 😉
Enepi dice
Hola Kris
yo estuve haciendo una ruta muy parecida en Namibia en 1998 y me quede enamorado del pais, que en aquel entonces era completamente desconocido a nivel turistico en España.
No he escrito posts sobre Namibia porque las fotos las tengo en papel y las tengo que escanear 🙂
Las tuyas son magnificas. Me leere las entradas sobre Namibia con tranquilidad.
Que te parecio al compararlo con otros paises africanos?
Un saludo!
Kris Xerca dice
Hola! que bien que hayas estado en Namibia también, no creo que haya cambiado mucho desde que estuviste 😉
Con esos paisajes no es difícil sacar buenas fotos.
Namibia me parece un país único, muy diferente a todos los que visité en el viaje. La sensación de inmensidad que se tiene allí no la he tenido en ningún otro lugar. Es un sitio tan virgen…es impresionante poder estar horas y horas conduciendo por paisajes alucinantes sin cruzarse con nadie. Hay muy poca población, pero la mezcla de tribus que se puede ver en sitios como Opuwo es algo que no creo que pueda verse en muchos lugares. Y después estan la ciudades «modernas» de estilo alemán que contrastan con el resto del paisaje….en fin, es una mezcla brutal.
Saludos!
Esther dice
Muy buen diario Kris, muy bien explicado todo. Vaya aventura, que envidia!!
Kris Xerca dice
Gracias Esther! me alegro de que te haya gustado!