En la zona oeste de Uganda, un poco más al norte del parque de Queen Elizabeth, se encuentra el Bosque de Kibale. Es una enorme extensión selvática donde hay la mayor concentración de monos (o primates, para ser más técnicos) de toda África. En el bosque hay 13 especies diferentes de monos, sin embargo, los que despiertan mayor interés son los chimpancés, supongo que por ser tan parecidos a nosotros. Igual que con los gorilas, en este bosque se pueden hacer excursiones para ir a ver a los chimpancés y pasar un rato con ellos. Los chimpancés son más fáciles de ver que los gorilas, ya que hay bastantes más y están en varias zonas. Aun así, como en todas las reservas naturales, los permisos están estrictamente controlados.
Yo tenía los permisos para el sábado, así que después de dormir una noche en el parque de Queen Elizabeth, donde había hecho el safari, me dirigí a Fort Portal, la ciudad más cercana al bosque de Kibale. Para llegar tuve que coger un par de taxis y me llevó unas cuatro horas de viaje. Estuve bastante apretujada, pero nada que no se pudiera soportar. Llegué a Fort Portal el jueves al mediodía y allí aproveché para pasar un rato en un bar y hacer unas cuantas cosas por internet, ya que en los parques normalmente no hay conexión. No me gustó mucho esa ciudad así que decidí ir esa misma tarde hacia el parque. Una moto me dejó en la parada de taxis y allí me subí a uno que iba en esa dirección y me dejaría a unos 5 minutos del lodge donde quería ir. Iba con tiempo de sobra, pero el problema fue que, como los taxis no salen hasta que están llenos, tuve que esperar dos horas. Allí empecé a ponerme un poco nerviosa porqué era tarde y a las 19.30h ya es de noche, lo que no es muy cómodo para llegar a los sitios. Al final, justo a las 19h, cuando ya había poca luz, el taxista me dejó en medio de la carretera de tierra en un cruce donde indicaba que el lodge estaba a unos 100 metros caminando. No había nadie y no me hacía especial gracia estar allí sola en medio de la selva y a punto de oscurecer. Además, el taxista, que estaba medio enfadado conmigo porque según él le había pagado poco (aunque era lo que habíamos acordado) me dijo que el lodge estaba muy lejos. Sabía que no era verdad, pero no me ayudó mucho. Total, que no me quedaba otra que intentar llegar al lodge lo antes posible. Cogí las mochilas y empecé a caminar bastante rápido, pero al cabo de unos metros había un cartel que ponía: “unguided walks are not permitted”. Había una flecha hacia el otro lado que indicaba un camping, la seguí pero sólo era una zona verde para acampar, nada más. Tuve un momento de pánico porqué realmente no sabía qué hacer. Por suerte, no duró mucho. Me senté y, cuando iba a mirar si tenía internet en el móvil para poder buscar el número del lodge para llamarles y que vinieran a buscarme, justo pasó un coche. Les avisé para que pararan y les pregunté si podían llevarme hasta el lodge. Era una familia de japoneses y creo que aún no entienden muy bien que hacía yo allí tirada, pero me vieron bastante apurada y me llevaron amablemente. Me di cuenta de que el lodge estaba muy cerca realmente. Era un lodge bastante lujoso y las habitaciones eran muy caras así que decidí acampar. Pensaba que habría zona de acampada, pero me dijeron que plantara la tienda en el jardín que había delante del restaurante. Esa noche era la única con tienda, así que me sentía un poco rara allí en medio, perecía que fuera la jardinera del hotel. Lo bueno es que como no había duchas para la gente que acampaba me dejaban ir a ducharme a una de las tiendas de lujo, con un bonito baño y agua caliente, perfecto.
Como no tenía nada que hacer hasta el sábado, el viernes fui a un santuario de aves. Es una pequeña zona protegida donde hay muchos pájaros, y algunos monos. Es un santuario porque es la única zona donde no han cortado los árboles para conrear, por lo tanto todos los animales se concentran allí. El problema que tienen en Uganda es que todos los agricultores quieren tener más campos de conreo y se han destruido gran parte de los bosques que había. Aquí una pequeña fundación consiguió llegar a un acuerdo con la comunidad para que dejaran esa zona intacta. Ahora ofrecen tours a los turistas para ver a los animales y con el dinero que obtienen financian varios proyectos de la comunidad. Hay un camino más o menos circular que rodea la zona de árboles. Se hace en un par de horas y es muy bonito porque por un lado ves la zona selvática con varios monos y pájaros y al otro lado ves los campos de conreo donde está la gente trabajando. Había unas plantaciones de tabaco y se veía gente que estaba secando las hojas. También había varias plantaciones de café. Julius, el guía, me acompañó durante todo el camino y me estuvo explicando cómo funcionaba la fundación.
En este lodge hay una de las habitaciones, curiosamente la más barata, que es un poco especial. Es una casa encima de un árbol en medio de la selva. Está literalmente dentro de la selva ya que hay que caminar un quilómetro por un estrecho caminito desde el lodge. Ya sabía que había esta habitación y me hacía ilusión pasar una noche allí. El viernes después de comer uno de los vigilantes del hotel me acompañó hasta allí. En el camino se veían bastantes huellas de elefantes, que pasan a menudo por allí, y también vimos dos chimpancés a lo lejos. Es una pequeña casa de madera preciosa, a unos diez metros del suelo. Hay una litera y una pequeña mesita con dos sillas y una lámpara con una vela. Lo mejor es que tiene unas vistas impresionantes. Está justo delante de una zona de la selva donde casi no hay árboles y el suelo es bastante húmedo con algunas zonas encharcadas, ideal para los elefantes. Muchas noches los elefantes van allí a beber y a jugar con el barro. Una vez en la casita no hay forma de comunicarse con el hotel, ya que no hay cobertura, así que hay que quedar con el guía a una hora concreta para que venga a recogerte. Quedamos que pasaría a buscarme al cabo de un par de horas para ir a cenar. Esas dos horas me pasaron volando, estuve estirada en la cama sólo mirando por la ventana y escuchando los ruidos de la selva, ¡realmente increíble!, estaba yo sola ahí en medio, y aunque no vi a ningún animal, sabía que estaban cerca. La casa es bastante consistente y al estar encima del árbol te hace sentir bastante seguro. Y lo mejor es que tiene ventanas en todas las direcciones así que tienes una vista panorámica desde la cama. Después de cenar volví a la casita. Hay que ir antes de que oscurezca porqué por la noche es cuando vienen los elefantes y puede ser peligroso. Esta vez me acompañaron dos guardas, uno de ellos con un rifle. En caso de que vengan los elefantes disparan al aire para asustarles con el ruido. Por la noche la sensación era impresionantes, una mezcla entre miedo y emoción. Hubiera sido perfecto si no fuera porqué una rata me estuvo tocando las narices toda la santa noche, pero, ¡Por lo menos no era una serpiente! Eso sí… no hay baño así que hay que salir fuera. Esa noche no vinieron los elefantes, una pena porqué me hubiera gustado verles desde la ventana.
El sábado por la mañana vinieron a buscarme a las 5.30h en el árbol. Tenía que desayunar a las 6h ya que la excursión a la selva para ver los chimpancés empezaba a las 6.30h. Se pueden hacer dos actividades diferentes: una es caminar por la selva hasta que los encuentras y una vez allí pasar una hora con ellos, y la otra, un poco más cara, pasar todo el día con ellos. Por la diferencia de precio merecía la pena hacer la excursión larga.
Los chimpancés tienen un comportamiento muy diferente al de los gorilas. Los gorilas se mueven siempre en familia y suelen estar siempre en grupo sin moverse mucho. Los chimpancés, en cambio, son mucho más independientes. Hay como comunidades de chimpancés, que pueden ser de más de 100 miembros, que están siempre más o menos por la misma zona, pero no están siempre juntos. Además, en esta época del año se ve que no hay mucha comida en la selva, así que suelen moverse en grupos reducidos. Por cierto, me dijeron que los chimpancés a veces se comen a otros monos más pequeños, me sorprendió mucho, no lo sabía. En este caso no íbamos a buscar unos chimpancés en concreto, sino que íbamos a caminar hasta que encontráramos algunos, y después los seguiríamos. Ese día no había nadie más haciendo esta actividad así que fue mucho más auténtico porqué salí yo sola con el guía, Alex. Él también llevaba un rifle. Esta selva es muy densa y los árboles son muy altos. Como era muy pronto estaba aún bastante oscuro, pero poco a poco se veían más rayos de sol entre los árboles, la luz era preciosa. A medida que iba saliendo el sol cada vez había más mariposas, todas de colores vivos. Cuando llevábamos una hora caminando se oyó un ruido bastante fuerte. Alex se quedó parado escuchando y en un segundo tenía el rifle preparado en la mano ¡Me acojoné! Me dijo que eran los elefantes, y que mejor camináramos en otra dirección. Empezó a caminar bastante rápido entre las ramas y las hojas, pero tampoco se le veía especialmente preocupado. Se ve que lo más peligroso es cuando hay un elefante con su cría porque las madres se ponen muy agresivas. Durante unos minutos se seguían oyendo los ruidos, y Alex dijo ¡Elephants are everywhere!, tan tranquilo. Bueno, al cabo de un rato dejaron de oírse los ruidos y poco después vimos a los chimpancés. Había unos cinco o seis encima de un árbol muy alto. Costaba verles bien porque estaban arriba de todo del árbol y entre las hojas y la luz del cielo, sólo se veían siluetas que se movían. Nos sentamos allí y estuvimos un rato mirándolos. Al cabo de una media hora empezaron a llegar varios grupos de gente porque Alex había avisado a los demás guías por walkie–talkie de que los chimpancés estaban allí. Eran los grupos que iban a ver los chimpancés solamente por una hora. La magia del sitió desapareció casi por completo. En pocos minutos éramos unas veinte personas, todos mirando hacia arriba intentando sacar fotos. Los chimpancés estaban bastante divertidos, se iban moviendo de un árbol al otro. Había que vigilar porque no paraban de hacer pis y si estabas debajo del árbol te caía encima. Algunos se movieron a algunas ramas más bajitas y los podíamos ver mejor.
Al cabo de una hora todos los turistas se fueron y Alex y yo volvimos a quedarnos solos. Al mediodía, cuando ya empezaba a hacer más calor encima de los árboles, los chimpancés bajaron al suelo. Tres de ellos, todos machos, se quedaron a sólo unos tres metros de donde estábamos, uno tumbado en el suelo durmiendo y los otros dos sentados. A lo lejos también había una hembra con sus dos hijos. Las madres cuando van con los hijos no suelen acercarse tanto. Una de los pasatiempos favoritos de los chimpancés es quitarse los mosquitos que tienen pegados entre los pelos. Es graciosísimo verles. Se sacan los mosquitos unos a otros. Se comportan totalmente como personas. Van apartando el pelo del otro poco a poco para ver dónde están los bichos. Hacen posturas bien raras. Igual que cuando vas a depilarte y la depiladora te va moviendo la pierna arriba y abajo, ellos hacían lo mismo. Levantaban los brazos y uno al otro se quitaban los bichos de las axilas. Muy curioso. La mayor parte del rato que estuvimos mirándoles estuvieron haciendo esto. El resto del rato durmiendo o comiendo. Estuvimos siguiendo a los tres machos durante un par de horas más. Se iban moviendo lentamente y parándose a comer. Al final ya se estaban alejando mucho y decidimos volver. Otra vez, fue una experiencia genial. Es increíble ver a estos animales tan de cerca y en su propio hábitat. Otra cosa que me parece increíble es cómo se orientan los guías dentro de esa selva. Durante el camino de vuelta Alex me estuvo contando que tienen nombres para los diferente caminitos que hay, y que los identifican fijándose en algunas cosas peculiares, como troncos de árboles o señales, etc. Pero que básicamente hay que fijarse mucho en qué dirección te mueves para poder volver. Pero me sigue pareciendo increíble, en serio que eso era todo igual.
Por la noche, en el hotel estuve hablando con un chico americano muy majo. Era el guía de un grupo de americanos y canadienses apasionados de las aves, que estaban haciendo un tour por Uganda buscando pájaros. Es uno de los grupos que estuvieron viendo los chimpancés por la mañana conmigo. Iban muy bien preparados. Con cámaras de fotografía con buenos objetivos, con prismáticos y con grabadoras para los sonidos de los pájaros, ¡increíble! La verdad es que nunca me han llamado mucho la atención los pájaros pero creo que partir de ahora me fijaré más. A ver si mañana, que haré otro safari, consigo ver alguno de los que me dijo. Ya os lo contaré.
Podéis ver las fotos en el siguiente link:
Rosa dice
Sort que en cada moment critic i de panic et trobes algu que t’ajuda! I suposo que aquests moments quedan, un cop passats, compansats amb les sensacions que experimentas i els animals que veus…
Es veuen monos de diferents races, pero trobo que els chimpances son bastant grans.
La caseta de l’arbre es com la dels Montseny pero sense lavabo i amb rata ocupa inclosa!jajaja espero que no estigues dintre instalada!
Els llocs d’acampada son totalment oberts o son espais exteriors pero minimament tancats?
Kris Xerca dice
jeje si al final tot s’acaba solucionan;)
La rata estava a dins ben instalada. Hi havia com un doble sostre i anava corrents per alla i feia molt soroll i no sabia que era. Al final la tia va baixar i nava circulant per tot arreu, per sobre el llit i la motxilla, i es va cagar i pixar sobre la motxilla. Pero bueno, era petita. Al final em vaig fe un bunker al llit amb la mosquitera i vaig conseguir dormir, jajjaja.
Els llocs d’acampada son oberts, pero sempre hi ha gent per alla que vigilia!
Ingrid Xerca dice
tu sempre fent noves amistats!
Ingrid dice
joliiiin amb el taxistaaaa antipatic! ja li val! sort que hi ha bona gent fins i tot al mig de la naaaa!xD
quina passada la cabanya a dalt dels arbres!! i allà al mig de la selva, tu sola… amb possibles elefants al voltant ajajjajaja! Que bestia! pero ha de ser guapissim!
I que bé que al final escollissis l’excursio llarga dels primats! estan per alla tu sola amb el guia i tots els monos per alla!!!! entenc que diguis que quan van arribar la vintena de turistes es «perdés bastant la magia»…
…..has vist alguna serp algun dia????!!!!
caxo camarotes els colegues dels ocells jajajaj! segur que et van explicar coses sobre els ocells que no tenies ni idea jjajajaj!
quina gracia el teu comentari dels monos «depilant-se» entre ells! xD
Kris Xerca dice
jajja si va se molt xulo poder està jo sola amb els chimpancés, va valdre la pena pagar una mica mes, a mes la diferencia de preu no era gaire. eren molt divertits!
No, per sort encara no he vist cap serp….es el que em fa mes por de toooot!!
Laia Vives dice
Com m’hauria agradat compartir aquesta nit a la cabanya a dalt dels arbres fins i tot amb rata inclosa. Suposo que moltes sensacions, calma/intranquil-litat, companyia i solitud, i una sensació d’espai en poder viure tot això que la naturalesa ens ofereix. Són totes aquestes sensacions noves i difícils d’experimentar en el nostre entorn habitual. Una vegada més gràcies per compartí. Una abraçada
Kris Xerca dice
Si, aixo de la cabanya a l’arbre ja ho havia vist des de Barcelona quan estava mirant coses pel viatja i tenia clar que ho volia fer! Crec que es una experiencia xulísima. La pena es que hi ha molta gent que estan alla al lodge i ni saben que aixo existeix.I la rata…esta cla que forma part de l’experiencia, es el que te esta al mig de la selva!!Pero va ser incrible, molt recomanable!!
Putin dice
Enorme Kris!
És totalment un «Wellcome to the Jungle!».
Enveja, com sempre es el que em queda després de llegir-ho i mirar les fotus.
C.P.
Kris Xerca dice
jeje doncs ja saps…es questio d’anirmr-se a ferho algun dia! Un dels motius pels que faig aquest blog es per poder transmetre la de coses que hi ha per fer i per veure, perque hi hagi mes gent que s’animi a fer-ho!
Toni Romero dice
Molt bé Kris,
Però respecte a lapsus de pànic… t’he de dir que quan estaves baixant del taxi, hauries d’haver agafat la càmara, fet una foto de la pick-up amb la matrícula i després senyalar la matricula i dir laguna cosa de la «police». Si funciona et deixen mes aprop del lodge.
D´ altra banda, está bé que agafis el mòbil per trucar al lodge i que et vinguin a buscar, és lo millor, però no deixis de caminar (encara que vegis aq senyal) doncs es fa fosc amb 10 minuts i llavors la situació empitjora. En el millor dels casos, podies haver arribat tu sola amb llum. En qualsevol cas, unaviure-ho viure-altrauna altra llegir-ho.
TAKE CARE. SAVE JOURNEY.
Tens guies per tu sola! Quin luxe!
Encara estas aprop.
Kris Xerca dice
Jeje ho tindre en compte per la proxima vegada! Amb aquestes coses sempre penses tot el que podries haver fet quan ja han passat….Si ,hauria pogut arribar perfectament caminant, suposu que es el que hagues acabat fent si no hagues passat ningu. Pero es diferent un cop has vist el lodge i veus que el camí era molt curt, pero sense haver-ho vist t’imagines de tot.
Jeje encara estic a prop si…pero per poc temps, dilluns vaig cap a Kenia ja!
Rafel dice
Ja veus que quan més ho necessitis sempre pot aparèixer un japonès per ajudar-te! 😛
Molt xules les fotos, i bonissims els chimpancés pixant-se en els turistes, que n’aprenguin!
Els tens ben posats eh!!
Kris Xerca dice
Jajajja si no paraven de pixar, era molt gracios! una abraçada!