Después de pasar seis días en Dahab, buceando y haciendo excursiones por el desierto, teníamos dos días para visitar el Cairo. Cuando se viaja a países fuera del mundo occidental, con culturas, estilos y sobretodo, ritmos diferentes, es fácil sentirse fuera de lugar. Creo que en las grandes ciudades es donde es más fácil tener esta sensación. Mucha gente, de aspecto notablemente diferente al nuestro, mucho tráfico, siguiendo normas de circulación que se alejan bastante de lo que nos enseñan en la autoescuela, conversaciones a todos lados que no entiendes, carteles indescifrables, personas que te miran sin ningún tipo de discreción y otros que te ofrecen ayuda sospechosa o te invitan insistentemente a que visites su negocio. Con solo dos días es imposible tener tiempo de adaptarse para disfrutar de esta ciudad relajadamente. Si además quieres visitar todos los sitios marcados como imprescindibles en la guía, te puede quedar una agenda bastante apretada y acabar más cansado en un solo día de vacaciones que en los cinco días de una semana laboral. Pero en fin, nosotros, como buenos turistas, y ante la posibilidad de que esa fuera nuestra única opción de visitar el Cairo, lo vimos todo (o casi todo), y aunque fueron dos días muy intensos, mereció la pena.
En vista de que teníamos muchas cosas que hacer en poco tiempo decidimos coger un guía que nos acompañara durante los dos días. A parte del guía también teníamos un conductor que nos llevaba de un sitio al otro con una mini van, lo que facilitó enormemente los trayectos. El guía era bastante simpático, y sus explicaciones añadieron gran valor a las visitas, especialmente en una ciudad con tanta historia como el Cairo. Además hablaba perfectamente el español, lo que también se agradece mucho cuando recibes tanta información nueva.
Empezamos nuestra ruta el viernes a primera hora de la mañana y fuimos primero de todo a visitar las famosas pirámides de Guiza. Guiza es una zona al sur oeste del Cairo, a no más de 30 minutos en coche desde el centro. La primera sorpresa fue que antes de entrar en el recinto teníamos que decidir cómo queríamos hacer la visita; a pie, en camello, a caballo, circuito largo, circuito corto etc. Es difícil decidir lo que quieres cuando te ofrecen tantas opciones y no sabes muy bien lo que vas a ver. Después de un buen rato negociando con el que parecía ser el encargado de los tours decidimos ir en camello y hacer un recorrido de longitud intermedia, ni el más corto, ni el más completo. Así que salimos de allí montados a camello otra vez, poco convencidos de que hubiéramos elegido la mejor opción, y sobre todo de que hubiéramos pagado un precio adecuado. Nunca supimos si habíamos pagado demasiado, pero sí que ir en camello fue una buena decisión, ya que la zona de las pirámides es muy extensa, y para ir de una parte a la otra hay que caminar largas distancias sobre arena y bajo el sol. Eso sí, después de un par de horas encima del camello te duele todo y ya no sabes cómo ponerte.
Al entrar al recinto de las pirámides lo primero que ves es una enorme extensión de arena y las tres grandes pirámides a lo lejos. Sorprende que haya esta extensión de desierto justo al lado de la caótica y densa ciudad del Cairo. También sorprende el tamaño de las pirámides, que a primera vista decepciona un poco ya que al verlas de lejos parecen más pequeñas de lo que uno había imaginado. Antes de acercarnos a ver las pirámides, el guía, que nos acompañaba a caballo (este era otro guía, no el que hablaba español) nos llevó a dos o tres puntos un poco elevados para que pudiéramos sacar las fotos panorámicas con las tres pirámides al fondo, o como él decía de una forma muy divertida “Panorma Photo”. El guía sabía perfectamente todas las posibles fotos y nos iba dando instrucciones sobre cómo tenía que colocarse uno y cómo tenía que sacar la foto el otro; foto encima del camello con una pirámide detrás, de pie en el camello, con las tres pirámides, tocando la punta de la pirámide con un dedo, saltando con la piernas abiertas para que la pirámide quede debajo, etc, etc, etc. Cuando tuvimos el book de fotos completo, fuimos a ver las pirámides. Es cuando te empiezas a acercar, y sobre todo cuando te van explicando la historia de cómo las construían y te empiezas a imaginar cómo era todo en esa época, que te das cuenta de lo espectaculares que son. Pudimos entrar dentro de la pirámide mediana, y aunque ahora no hay nada dentro, puedes hacerte una idea de cómo eran los pasillos y las cámaras que construyeron.
Después de comer un plato típico egipcio, una especie de mezcla de legumbres y pasta bastante buena, fuimos a Saqqara. Es una zona más al sur de Guiza donde también hay pirámides y otras tumbas. Lo más interesante de esta zona fue que en algunas de las tumbas aún se conservaban perfectamente los jeroglíficos. Antes de llegar a Saqqara hicimos una parada a una tienda de papiros, totalmente preparada para los turistas. Fue interesante porque nos explicaron cómo se fabrica el papel de papiro, que es el primer papel que se utilizó. El papiro es una planta acuática que crece en las orillas del Nilo. Cogen los tronquitos de la planta y los aprietan para que salga toda el agua y sean más resistentes. Después lo van cortando en capas muy finitas y las van juntando hasta formar un rectángulo de papel, y esto lo dejan debajo de una prensa durante unos días. Es increíble lo resistente que es el papel que se obtiene con un proceso tan simple. En la tienda había papiros muy bonitos, la mayoría con jeroglíficos representando escenas de la mitología egipcia. Después de pasarnos muchísimo rato negociando los precios con el vendedor, que hacía y deshacía las ofertas de forma muy retorcida, salimos de allí con tres papiros. Al final del día, empapados de toda la historia del Antiguo Egipto, fuimos a ver el atardecer en el Nilo, dando un paseo con Faluca, un pequeño barco de vela típico del Nilo.
Nuestro hotel estaba a solo unos 15 minutos a pie del Nilo, así que decidimos volver caminando. Estábamos en una zona muy céntrica y para llegar al hotel, teníamos que pasar por la plaza principal de la ciudad, la plaza Tahrir. Desde las numerosas manifestaciones del año pasado, todos los viernes, que es el día festivo en los países árabes y el día que suelen hacerse las manifestaciones, tienen la plaza cerrada. El año pasado construyeron unas enormes puertas de barras metálicas que cierran todos los viernes para que nadie pueda entrar. Además todas las calles que llegan a la plaza están cortadas y llenas de militares con tanques y metralletas. Impresionaba bastante todo el montaje, pero la verdad es que cuando estuvimos nosotros no había ningún indicio de que fuera a pasar nada. Como todas estas calles, por las que en situaciones normales hubiéramos ido al hotel, estaban cortadas, tuvimos que dar un poco más de vuelta y caminar por calles sin aceras, esquivando todo tipo de vehículos, desde camionetas y autobuses a motos cargadas con tres personas o transportando un espejo enorme. Suerte que el guía iba con nosotros porque sino creo que aún estaríamos intentando cruzar la primera calle.
El hotel estaba en una plaza con mucho tráfico, muy caótico y muy interesante de ver. Decidimos comprar unos shawarmas en una tienda callejera de al lado del hotel y sentarnos en la acera mientras mirábamos la curiosa forma que tienen los egipcios de utilizar las rotondas. Nos podríamos haber pasado todo el día en esa plaza sin aburrirnos sólo mirando el comportamiento de la gente. Quizá lo más destacable es que, aunque la plaza era totalmente redonda con forma de rotonda, no había nadie que circulara de forma circular. Desde cada entrada cada uno seguía el camino más corto hacía su salida, lo que creaba una especie de tetris de coches que parecía imposible de desencajar. Lo siguiente más sorprendente es que los peatones, aunque tenían amplias aceras alrededor para caminar, cruzaban por en medio del tetris de coches, paseando tranquilamente y casi sin mirar a los lados. Parejas paseando de la mano y mujeres empujando cochecitos de niños seguían su camino sin parecer darse cuenta que estaban rodeados de miles de vehículos desesperados por seguir su camino. Durante este rato llegamos a dos conclusiones; la primera es que probablemente la norma número uno del manual de autoescuela egipcio dice que desde que entras en el coche hasta que bajas tienes que tocar la bocina todo el rato y como más fuerte mejor. La segunda conclusión es que probablemente ese día las neveras estaban de oferta, porque de cada diez coches, uno cargaba con una enorme nevera atada en el coche.
El segundo día empezamos visitando el Museo Egipcio. No suelen gustarme mucho los museos, pero esta vez me convencieron para ir y la verdad es que fue bastante interesante. El museo es muy grande y contiene miles de piezas. El guía nos dijo que la gente que quería ver todas la piezas del museo iban 8 horas al día durante tres semanas. Bueno, nosotros hicimos la visita corta para ver lo más importante. Sin duda lo más impresionante fue ver el tesoro de Tutankamón. Este faraón no es importante porque hiciera grandes cosas durante su reinado, sino que es conocido porque su tumba es la única que se ha encontrado con todo el tesoro dentro, lo que ha permitido descubrir muchas cosas sobre el Antiguo Egipto y las pirámides de los faraones. La momia de Tutankamón estaba enterrada dentro de cuatro cajas, una dentro de la otra, y dentro de la caja más pequeña aun había tres sarcófagos más, el más pequeño todo de oro, donde estaba la momia. La mayoría de cosas están en el museo, también la máscara que llevaba la momia del faraón y muchos de los tesoros que se enterraron con él. Es increíble ver todo lo que llegaban a hacer para preparar su muerte. Se pasaban la vida organizando su vida después de la muerte. También hay una sala en el museo muy interesante donde se pueden ver varias momias, y también es increíble lo bien que se conservan después de miles de años.
Después del museo fuimos a ver el centro del Cairo. Visitamos varias iglesias y la mezquita más importante. Finalmente por la tarde fuimos a ver el mercado de Khan Al-Khalili. Este mercado es un gigante bazar de estrechas callejuelas con centenares de tiendas llenísimas de cosas de todo tipo. Aunque ya había visto bazares parecidos en otras ciudades, siempre me siguen impactando. Es un concepto de mercado muy diferente de los que tenemos aquí. Allí cada tienda es un pequeño espacio totalmente abierto a la calle con todos los productos amontonados unos encima de los otros aprovechando el espacio al máximo. Entre una tienda y otra no hay ni un centímetro de espacio y entre los dos lados de la calle no habrá más de dos metros. A parte de estar las tiendas muy llenas, pasa continuamente gente cargada con cosas de todo tipo, desde una bandeja en la cabeza llena de panes a paquetes gigantes que apenas pasan por la calle, y todos tienen mucha prisa. Caminar por el mercado se hace complicado. Cuando ven un turista intentan como sea que te acerques a su tienda y utilizan todo tipo de estrategias y saben varias frases en todos los idiomas. Además, son muy hábiles reconociendo la nacionalidad de los turistas y saben qué decir para que te gires. Aunque no compres nada es divertido pasear por ahí y observar a la gente y ver la diversidad de cosas que venden.
Después de estos dos largos días, esa misma noche ya fuimos al aeropuerto donde me despedí de mi familia y cogí mi avión a Uganda para empezar mi viaje por África. Ahora ya llevo unos días aquí y dentro de poco voy a actualizar explicando mis primeras impresiones.
Podéis ver las fotos del Cairo en el siguiente link!
*Això és una nota per ma mare, ma germana i el Carlos que m’estan criticant per la informació que poso: si voleu corregir o complementar el que he dit ho podeu fer als comentaris 😉
Rosa dice
Jajajaja!
No critiquem!!!! Ho expliques molt be!!!! Nomes puntualitzem alguns punts!!!!☺️
A partir d’ara ja no ho podrem fer perque ja no vem continuar al viatge amb tu!!!
Ingrid Xerca dice
que burra!!!!!
Ingrid Xerca dice
xD
Mercè dice
M,emociona la valentia que tens Cristina, sembla que fa dos dies vas néixer, ufff, i ara 8 mesos per l,Àfrica, què fort, em costa creure-ho. Per cert, escrius molt i molt bé. Pel que respecte a Egipte m,has fet reviure el meu viatge ja fa 20 i pico d,anys. Esperaré impacient els teus escrits per compartir les teves emocions.
Un petó molt fort i cuidat molt
Kris Xerca dice
Gràcies Mercè! Seguiré actualitzant!!
imma xercavins dice
Hola Kris
Admiro teva actitud emprendedora Molta surt en aquesta aventura.
una forts abraçada
petons
Kris Xerca dice
Gràcies tieta!Ptons
Jorleny dice
Hola. Podries passarme el nom del guia i contacte? Gràcies,