Después muchas horas de viaje desde Botswana, conseguí llegar a Winhoek, la capital de Namibia. Como comenté en la entrada anterior las 4 últimas horas las hice subida en un tráiler. Laurence, el conductor del camión me dejo en la puerta del hostal, el Chameleon Backpackers. Era bastante tarde y no había reservado. Mi intención era acampar con mi tienda, pero no quedaba sitio, ya que tienen una zona de acampado muy pequeña, sólo para dos o tres tiendas. Pero quedaba disponible una tienda que tienen montada permanentemente los del hostal. Es una tienda estilo safari, de estas que tienen la base cuadrada y tienen forma de iglú. En la parte central es lo suficientemente alta para ponerte de pie. Era un poco más caro que acampar con mi tienda, pero bastante más cómoda, ya que dentro hay una cama normal y hasta una mesita de noche. En realidad es como una pequeña habitación, llevo una semana durmiendo allí y me encanta. El hostal está muy bien, un ambiente muy relajado, con jardín y piscina, y una cocina enorme que la tienen impecable. Es muy agradable.
Namibia es un país muy grande y la mayor parte es desierto. Las ciudades están muy distanciadas unas de las otras. Hay pocos habitantes, la mayoría concentrados en el norte, por lo que hay enormes zonas casi deshabitadas. Es un país muy poco práctico para visitar en transporte público, ya que solo se puede llegar a los cuatro puntos principales. Pero las partes más bonitas de Namibia son las más remotas. La única manera de poder visitarlo es con un tour organizado o alquilando tu propio coche. En general las carreteras son buenas y hay poco tráfico, así que es relativamente sencillo conducir por aquí. Alquilar un coche es muy común entre los turistas. Pero alquilarlo yo sola no era viable ya que me hubiera salido muy caro, y además es un poco peligroso conducir solo por según qué zonas remotas. Iván, un amigo de la universidad quería venir a visitarme a África pero como era a finales de mi viaje habíamos dejado el plan abierto para esperar a ver cómo iba progresando. Después del verano estuvimos hablando para ver si podíamos cuadrar algún plan que nos fuera bien a los dos y vimos que alquilar un coche y hacer ruta por Namibia durante un par de semanas podía ser una muy buena idea. Al cabo de unos días también se apuntó Judith, otra amiga de Barcelona. Tenía planeado hacer algún viaje sobre esta época y cuando le explicamos nuestro plan decidió unirse.
La primera dificultad se presenta a la hora de elegir el tipo de coche y la compañía de alquiler. La segunda dificultad viene a la hora de definir la ruta. Después de buscar bastante información por internet, leer blogs, y enviar varios emails, decidí alquilar un jeep con la empresa Savanna Car Hire. Eran los que me ofrecían el mejor precio y además eran muy rápidos a la hora de contestar los mails y responder a todas mis preguntas. Es un Toyota Hilux, el modelo más popular en esta zona, y viene equipado con todo lo necesario para ir de camping. Hay dos tiendas plegables instaladas en el techo del coche y en la parte trasera va cargado con sillas y mesas plegables, utensilios de cocina y nevera. Es increíble. Además, viene preparado con un depósito de 160 litros, ya que a veces hay que recorrer distancias largas y no hay gasolineras. Definir la ruta no fue nada fácil. Me he pasado varias horas dándole vueltas, pero creo que al final tenemos un buen plan. Vamos a estar la mayoría del tiempo visitando la zona noroeste del país. Primero vamos a subir al norte de Windhoek, a visitar el parque de Etosha, el más famoso de Namibia. Allí pasaremos un par de días haciendo un safari por nuestra cuenta, con nuestro coche y sin guía, algo que no he hecho aún y tengo muchas ganas de hacer. Después subiremos hasta el norte del todo, tocando con la frontera de Angola, una zona conocida como Kaokoland. Esta es una de las zonas más remotas y es donde vive la tribu de los Himba. Allí también visitaremos las Epupa Falls, unas cataratas en el río Kunene, que son como una especie de oasis en medio del desierto. Después estaremos un par de días bajando por las zonas desérticas de Damaraland, donde es posible que nos crucemos con varios animales salvajes. A partir de allí nos acercaremos a la costa y recorreremos un trozo de la Skeleton Coast (Costa de los esqueletos). Se conoce con este nombre ya que por allí se han hundido muchos barcos, algunos aún pueden verse desde la costa. Pasaremos por la ciudad de Swakopmund, la zona más turística, y finalmente bajaremos hasta Sesriem para visitar las famosas dunas de Sossusvlei. Aunque ya había estado planeando casi todo por internet, una vez en Windhoek he acabado de definirlo todo.
Tenía que pasar una semana aquí para esperar a que llegaran mis amigos. Me ha ido bien para acabar de organizarlo todo y para tomarme una semana de descanso y aprovechar para trabajar en diferentes cosas del blog. El primer día salí a dar una vuelta por el centro, a comprar comida y a conseguir una guía y un buen mapa. Esta ciudad es completamente diferente de las que he visto hasta ahora. Hay mucho espacio. Los edificios son bajos y separados entre ellos. Hay grandes avenidas con más de un carril en cada dirección. Hasta las calles secundarias son exageradamente anchas. Los cruces están bien señalizados y hay muy poco tráfico. Es raro ver a más de 4 o 5 coches esperando en el semáforo. Se ven muchos coches nuevos y muchos todoterrenos. En general hay muy poca gente en la calle. No hay paraditas ni personas vendiendo. Nada que ver con todas las ciudades que había visto en el este de África. Namibia fue una colonia alemana durante bastante tiempo y hay muchos alemanes, tanto turistas como expatriados. También hay varios blancos nacidos aquí, y algunos que vienen de Sudáfrica. Casi no he visto nada de la ciudad, porqué hay pocas cosas que ver y además hace mucho calor y no apetece pasear. He ido un par de veces al principal centro comercial. Es un edifico muy grande con tiendas modernas y también tiene una calle exterior con varias tiendas y restaurantes, la calle más famosa de la ciudad. En este centro comercial hay un supermercado gigante donde se puede encontrar de todo. Es el primer supermercado que realmente tiene las mismas cosas que se pueden encontrar en Europa. El primer día me pase como dos horas paseando por los pasillos y mirando lo que había. El otro día nos estuvimos riendo con otro viajero del hostal porque me dijo que él hacía lo mismo. Aunque no compres nada, cuando hace tiempo que no ves estas cosas, te quedas por ahí paseando, igual hace que te sientas como en casa. Es gracioso.
Uno de los días fui a visitar el slum de Winhoek, el barrio de Katutura. Es el barrio más pobre. Clare, una chica australiana que trabaja en el hostal y lleva años viviendo aquí suele ir una vez a la semana allí para colaborar con una pequeña organización, la Home of Good Hope. También nos acompañó Zandie, una chica sudafricana. Trabaja en un hostal de Ciudad del Cabo y se ve que de vez en cuando intercambian a algunos trabajadores entre hostal para aprender unos de otros. Zandie está pasando unos días aquí para conocer el hostal de Windhoek y ver la ciudad. Curiosamente trabaja en el hostal de Ciudad del Cabo donde he reservado para los días que esté allí, así que volveré a verla. Por el camino pasamos a recoger a Mónica, una mujer de aquí que es la que lleva la organización y la que prepara la comida para los niños todos los días. En este centro lo que hacen básicamente es acoger a los niños pequeños que aún no van a la escuela durante unas horas. Hacen algunas actividades y les dan comida. Pasamos un par de horas ayudando a dar de comer a los niños y jugando con ellos. Los niños son siempre encantadores. Es genial ver como los hermanos mayores, que a veces no tienen ni 5 años, cuidan de los pequeños. Había una niña monísima que se quedó dormida en mis brazos. Fue una buena experiencia. El barrio de Katutura es el más pobre, las casas son muy sencillas y tienen pocas cosas, pero las condiciones son mucho mejores que las que vi en Kibera, en Nairobi. Aquí hay mucho más espacio y muchísima menos suciedad. Supongo que es la parte buena de que sean menos habitantes. Cuando vas por la carretera con el coche te das cuenta de que realmente Windhoek es una ciudad en medio del desierto. Cuando se acaban las casas todo es árido y de color amarillento.
Tengo muchas ganas de coger el coche y salir a descubrir este país. Ahora iré hacia el aeropuerto a buscar a Iván y Judith. La próxima semana os cuento cómo ha empezado nuestra aventura.
Podéis ver algunas fotos de Windhoek en el siguiente link:
Rosa dice
Veient la tenda d’acampada de fora no t’imaginas que a dintre hi hagi un llit amb tauleta de nit!!! Es veu molt xulo i net al lloc!!!
Amb lo poc que t’agrada a tu anar de compras i que et sentis com a casa en un Mall!!! Jajaja