Después de la espectacular ascensión al Kilimanjaro me pasé tres días en el hostal de Moshi descansando y recuperándome. A finales de semana llegaba mi amiga Blanca que venía para visitarme y continuar el viaje juntas por Tanzania durante los siguientes 20 días. El viernes por la mañana fui a recogerla en el aeropuerto de Kilimanjaroy fuimos a Arusha, desde donde empezaríamos nuestro safari por algunos de los principales parques del norte del país.
Igual que pasa en Kenia, una de las principales actividades que se pueden hacer en Tanzania es un safari para ver a los espectaculares animales de la sabana en su hábitat natural. El Serengueti, junto con el Masai Mara en Kenia, es uno de los parques más importantes del mundo. Se encuentra en el noroeste del país y es famoso por la migración de los ñus, que cada año suben desde la parte sur del parque hasta el Masai Mara en el norte. Además, es uno de los sitios donde se puede avistar más fácilmente a los grandes depredadores. A parte del Serengueti, en la misma zona hay otros parques de menor extensión, los más conocidos son el del cráter de Ngorongoro, el lago Manyara y Tarangire. La mayoría de los safaris más típicos incluyen un visita a tres o a los cuatro parques anteriores. Arusha es la principal ciudad que hay en el norte del país y el punto de inicio de la mayoría de los safaris. La ciudad está llena de empresas que pueden organizarte la actividad y como de costumbre suele ser bastante difícil decidirse por una. Yo ya había estado buscando bastante información por internet y ya había contratado un safari unos días antes para ahorrarnos la laboriosa tarea de ir circulando por las diferentes oficinas para comparar ofertas. Me decidí por la empresa Bobby Tours, que me pareció que ofrecía la mejor relación calidad-precio. Escogí un safari de 5 días por los parques del Lago Manyara, Serengueti y Ngorongoro, en este orden. Esta vez era un “camping safari”, muy común en Tanzania. A parte de ser más barato creo que hace que la experiencia sea más auténtica.
El sábado a las nueve de la mañana vino Elliot, el que sería nuestro guía, a recogernos al hostal. En Kenia todos los safaris se hacen con minivans, en cambio en Tanzania se hacen con jeeps, más apropiados para el terreno desde mi punto de vista. Nuestro jeep tenía asientos para siete personas, así que siendo solamente dos teníamos mucho espacio. Los jeeps, igual que las minivans, tienen ventanas muy grandes y el techo se puede levantar para asegurar una buena panorámica. A parte del guía también tendríamos un cocinero que se encargaría de montarnos la tienda y prepararnos las comidas. Como “compartíamos” el cocinero con otros jeeps de la misma empresa, ya nos estaba esperando en el campamento donde pasaríamos la primera noche.
El primer día hicimos unas dos horas de carretera hasta llegar a la entrada del parque del Lago Manyara. Después de que Elliot hiciera todo el papeleo para poder entrar en el parque y después de pararnos en una zona de picnic para comernos el clásico “packed lunch”, empezamos el game drive. Como el nombre indica, el parque se extiende por los alrededores del enorme lago Manyara. Había zonas de árboles altos y densa vegetación donde pudimos observar varias familias de monos de diferentes especies. Las zonas más cercanas al agua eran llanuras abiertas donde coincidimos con varios grupos de jirafas. Debido a los cambios de volumen del agua, el camino no pasa muy cerca del lago, así que no pudimos verlo muy de cerca. Aun así había pequeñas zonas de agua con enormes grupos de pájaros y algunos hipopótamos. El parque era bonito, pero poco espectacular comparado con lo que veríamos los siguientes días. Pero fue un buen inicio del safari. Esa noche la pasamos en un campamento que pertenece a la empresa, fuera del parque. Después de un poco de confusión para descubrir cuál era nuestra tienda, nos instalamos y cenamos en una mesita en medio del campamento un arroz bastante bueno que nos preparó el cocinero.
El segundo día, después de recoger las cosas y desayunar unas tostadas con tortilla empezamos nuestro camino hacia el parque del Serengueti. Durante la primera hora la carretera transcurría por llanuras de color amarillento y desde la ventana podíamos observar poblados masáis y varios grupos de vacas y cabras. Para llegar allí hay que cruzar primero el parque de Ngorongoro. Éste es un parque situado en el interior del cráter de un enorme volcán. Después de cruzar la puerta de entrada a Ngorongoro estuvimos un rato circulando por un camino que rodeaba la cresta del volcán. A partir de aquí todo el camino sería de tierra, por lo que la velocidad disminuiría y la cantidad de polvo que entraba por la ventana aumentaría exponencialmente. Era una zona selvática con vegetación muy densa y había muchísima niebla. Es increíble cómo cambia el paisaje de repente. Supongo que la altitud del volcán provoca que haya estos cambios de clima y vegetación. En algún momento pudimos entrever el interior del cráter, por donde continuaríamos el safari un par de días más tarde. Hubo un momento en que la niebla desapareció de golpe y pudimos ver de lejos el camino que habíamos hecho. Realmente la niebla sólo se acumulaba en la parte más alta de la cresta, justo por donde habíamos estado circulando. Desde lejos parecía que fueran montañas nevadas, una imagen preciosa.
Una vez pasado el cráter, continuamos nuestro camino hacia el Serengueti por un enrome valle con vegetación muy baja y amarillenta otra vez. Llegamos a la puerta del parque donde había zona de picnic para comer junto con varias decenas de turistas. Después de comer aún teníamos otra hora y media de coche hasta llegar al campamento. Esta vez dormiríamos dentro del parque, en la zona central conocida como Seronera, por donde pasaríamos todo el día siguiente buscando animales. Aquí ya estábamos dentro de la sábana y durante el camino pudimos ver una familia de leones a unos cuantos metros de la carretera. Antes de llegar al campamento también nos paramos en un punto donde había varios coches observando alguna cosa. Se ve que había un leopardo subido en un árbol. Pero todo el mundo estaba con prismáticos intentando descubrir exactamente donde estaba. Ver a varios coches parados es señal de que hay depredadores cerca. Ver a toda la gente de los coches con prismáticos es señal de que no vas a ver nada. Entre las ramas pudimos medio imaginar lo que parecía una cola de leopardo. Como expliqué durante mi safari en Kenia uno de los “objetivos” de los turistas que hacen un safari por esta zona es ver a los “Big Five”. Estos son el león, el búfalo, el elefante, el rinoceronte y el leopardo. En Kenia pude verles a todos excepto al leopardo. En ese momento pensé que por fin le había encontrado, pero no se dejó ver. Parecía que no iba a ser fácil. Pero aún tenía días por delante.
Llegamos al campamento a media tarde, justo a tiempo para montar la tienda antes de que empezara a llover. En realidad la tienda la montó el cocinero, aunque la montó tan mal que cuando empezó a llover había unas diez goteras y tuvimos que arreglarla. Esta vez teníamos una tienda bastante peor que la del día anterior. Se ve que la noche anterior se habían confundido de tiendas y habíamos dormido en una que en realidad estaba asignada a una pareja de japoneses. Nosotras no lo sabíamos pero habíamos salido ganando. Pero la segunda noche no tuvimos tanta suerte y nos tocó lo que en poco tiempo descubrimos que era la pero tienda del campamento. Por suerte ese día la lluvia duró poco rato y no tuvimos graves problemas. Había una zona de acampada bastante grande, una zona de cocina donde estaban todos los trabajadores y un espacio cubierto donde ponían las mesas para comer. Esa noche pudimos ver una espectacular puesta de sol. No había vallas en la zona de acampada así que estábamos literalmente compartiendo la zona con los animales salvajes. Aunque ese día no se dejaron ver por allí.
El día siguiente empezamos temprano nuestro game drive por el Serengueti. Al cabo de poco rato nos encontramos a una gran familia de leones. Estaban en dos grupos, uno a cada lado de la carretera donde estábamos todos los jeeps parados. En un lado había un par de leonas con varios leones pequeñitos y al otro lado algunos leones más alejados. Pudimos ver a los pequeños como jugaban y como pasaron caminando muy cerca de los coches para cruzar la carretera y juntarse con el resto de la familia. Cuando se sentaron a descansar seguimos nuestro camino en busca de más animales. Al poco tiempo nos encontramos a una leona que estaba encima de un enorme tronco de un árbol que estaba en el suelo y pudimos observarla un buen rato, parecía que estaba posando para que le sacáramos fotos. Esa mañana volvimos a ver otra acumulación de jeeps que estaban parados y la gente estaba mirando con prismáticos un árbol. Se trataba de otro leopardo. O mejor dicho otro árbol que contenía un leopardo, porque esta vez tampoco pudimos verle. Parece que se resistía. Para compensar la decepción justo después vimos a un grupo de jeeps que parecía que perseguían a algún animal. Esta vez se trataba de un guepardo (cheetah en inglés), que estaba caminando elegantemente entre una zona con muy poca vegetación y pudimos verle perfectamente.
Había realmente mucha gente y cada vez que había algún depredador se amontonaban los coches. Cuando el animal empezaba a moverse se creaban situaciones bastante divertidas cuando todos los guías empezaban a hacer maniobras y a moverse rápidamente de un lado al otro para conseguir las mejores vistas. Obviamente lo malo de que haya tanta gente es que se pierde un poco la autenticidad del paisaje. Pero por otro lado facilita bastante que puedas ver animales. Más gente significa más ojos mirando y más posibilidades de encontrarles. Si tienes un guía pasivo, como era Elliot, se agradece que otra gente haya encontrado animales. Elliot era el “rey del escaqueo”, el típico que hace lo justo y si le pides un poquito más ya te pone mala cara. Siempre encontraba a alguien para solucionar los problemas y él nunca hacia nada. Durante los game drives se dedicaba a circular a uno por hora hasta que se cruzaba con alguien que le decía donde había visto algún animal. Vamos, que lo de buscarlos por sus propios medios le daba mucha pereza. Él solo se movía si tenía una cierta probabilidad de encontrar algo interesante. Su animal favorito era el jeep, es lo único que miraba. Una vez pasamos por el lado de un enorme elefante y ni lo vio…como no había ningún jeep parado no se enteró…
Volvimos a comer al campamento y después de un rato de descanso empezamos otro game drive por la tarde. Cuando llevábamos bastante tiempo dando vueltas sin ver nada muy espectacular, Elliot nos dijo que le habían avisado de que había un leopardo en alguna zona, pero que no era muy seguro. Nos dirigimos hacia donde nos habían dicho pero estaba un poco lejos y paramos en una zona de picnic para ir al baño y hacer un breve descanso. Cuando salimos del baño Elliot nos dijo, sin darnos ninguna explicación, que subiéramos rápidamente al coche. Nosotras, un poco sorprendidas, le hicimos caso. Una vez dentro del coche nos dijo flojito, como si fuera un niño intentando hacer una travesura, que podía ser que el leopardo estuviera allí. Pero como no se veía desde el camino tenía que hacer una “pequeña” ilegalidad y estaba esperando a que se fueran el resto de los jeeps. Éramos sólo dos coches. Nosotros íbamos siguiendo a otro jeep donde iban unos chinos. A muy pocos metros de los baños salimos del camino y nos metimos por encima de la hierba. Al cabo de unos segundos el coche que iba delante de nosotros se paró y los chinos se pusieron a sacar fotos a un arbusto. Nosotras mirábamos intentando averiguar qué había de interesante en ese arbusto pero no lo entendíamos. Pero al pasar al otro lado ¡allí estaba! ¡Por fin, un leopardo! Quedaba camuflado entre la hierba amarillenta, pero le teníamos a un metro del coche y le veíamos perfectamente. Tenía unos ojos claros preciosos y nos miraba fijamente. Era espectacular. Sólo lo pudimos ver unos segundos porqué teníamos que salir de allí. Contentas y emocionadas de haberlo visto, volvimos a la zona de picnic y estuvimos comentando la situación. Esta vez no nos alejamos del coche. Estábamos esperando a que viniera un “amigo” de Elliot que hacía de guía en otro jeep para enseñarle donde estaba el leopardo. En unos minutos vimos que el leopardo se había movido y estaba sentado encima de una roca, ¡Increíble! Subimos corriendo al coche y Elliot nos llevó justo al lado del animal. Después de darnos tiempo de sacar unas cuantas fotos, bajó de la piedra, pasó caminando por delante de nuestro coche y se dirigió hacia los baños. Si…los baños donde hacía unos minutos habíamos ido nosotras. En ese tiempo llegaron tres jeeps más. Los cuatro íbamos moviéndonos para seguir al leopardo. Caminaba lentamente, se paraba, nos miraba un rato y seguía caminando. Pasó por detrás de los baños y se dirigió hacia las mesas del picnic. Y allí descubrimos lo que estaba buscando…agua. Se paró en un pequeño charco y se puso a beber. Después empezó a caminar entre las plantas y se alejó de nosotros. Fue espectacular. Durante unos diez minutos lo tuvimos delante y le pudimos observar perfectamente. Finalmente podía decir que había visto al único que me faltaba de los “Big Five”.
Satisfechos con todo lo que habíamos visto ese día, volvimos al campamento, donde pudimos disfrutar de una buena cena y una ducha caliente. Después de cenar invitamos a Elliot a una cerveza en un bar que había cerca. Como he comentado antes, teníamos la que probablemente era la peor tienda del campamento. Era una tienda tipo iglú. Las varillas metálicas que forman la estructura de la tienda estaban deformadas y cuántas más horas pasaban menos aguantaban. La tela exterior de la tienda, teóricamente impermeable, caía encima de la tela interior, ideal para que en caso de lluvia se crearan goteras en todas las paredes. En el techo, las varillas se habían desmontado y como eran puntiagudas se había hecho un agujero enorme. Eso tenía forma de cualquier cosa menos de tienda. La cremallera de la puerta se quedó atascada. Al volver del bar no podíamos entrar en la tienda. Elliot se encargó de traernos a alguien que nos ayudara, y poniendo un poco de jabón de ducha por la cremallera consiguieron arreglarla… ¡Al menos ahora podíamos entrar! Pero si empezaba a llover tendríamos un grave problema. Le insistimos a Elliot varias veces que nos consiguiera otra tienda para el día siguiente ya que con eso no se podía dormir. “Por suerte” no empezó a llover hasta las cinco y media de la mañana, media hora antes de la que teníamos intención de levantarnos. Nos despertamos con el ruido de la lluvia y empezamos a recogerlo todo antes de que se quedara empapado.
Esa mañana salimos a las 6.30h para hacer un early game drive por la misma zona. Pudimos ver a un grupo de leones durmiendo y otros que estaban desayunando algún animal. Estaban lejos del camino así que sólo podíamos intuir lo que hacían. Alrededor de los leones había varias hienas hambrientas esperando para comerse los restos. Paramos en otra zona de picnic cerca de una enorme piscina de hipopótamos y nos quedamos allí un ratito observando sus movimientos y escuchando los fuertes ruidos que hacían. Volvimos a comer en el campamento y después empezamos el camino hacia el cráter de Ngorongoro.
Esa noche la pasaríamos en un campamento en la cresta del cráter, con unas vistas preciosas. La cresta está a unos 2500 metros de altitud por lo que la temperatura es considerablemente más baja. Hacía mucho frío y tuvimos que cambiar la manga corta por el abrigo y la bufanda. Como no teníamos mucha ropa de invierno cada uno se tapaba como podía. Por suerte el cocinero nos llenó unas botellas con agua hirviendo para meterlas dentro del saco y mantener el calor…un truco muy bueno que aprendí en el Kilimanjaro. Caminando sólo unos cinco minutos desde la tienda se podía ver todo el cráter del volcán. Una enorme sabana con un par de pequeños lagos en medio ¡Espectacular! Nos levantamos muy temprano para aprovechar toda la mañana para ver los animales del parque. Bajamos con el jeep hasta la llanura del interior el cráter y estuvimos haciendo un game drive de unas cinco horas. Al poco tiempo de empezar pudimos ver a varias familias de hienas caminando y un poco inquietas en busca de comida. Se veían grandes grupos de cebras y de ñus que se movían de un lado al otro y a menudo cruzaban por el camino delante de nosotros. Al cabo de un rato vimos a lo lejos un grupo de jeeps parados. Nos acercamos para ver lo que había y justo al llegar vimos salir de entre los coches una leona con dos crías. Eran dos leones muy bebés. Se sentaron a unos pocos metros de los coches. Después se acercaron un par de leonas más. Estuvimos bastante rato disfrutando de los animales y sacando miles de fotos. Más tarde vimos también a otro grupo de jeeps. Esta vez había muchos y estaban agrupados como en dos sitios diferentes. Al acercarnos no se veía nada. Preguntamos a los otros conductores y nos dijeron que las tres leonas que habíamos visto anteriormente parecía que querían cazar a una cebra. Llevaban rato observándola y se iban aproximando a ella lentamente. Los coches estaban colocados estratégicamente para ver el posible espectáculo. Las leonas iban paseándose tranquilamente entre los jeeps de turistas, era impresionante. Las cebras estaban inmóviles como a la expectativa. Todos estábamos preparados para ver el cruel espectáculo, pero las leonas se lo tomaban con calma. Al cabo de un rato se sentaron las tres y la gente, cansada de esperar empezó a irse. Aunque me gustaría deciros que pudimos ver como las leonas atacaron a la cebra, no fue así. Nosotros también nos fuimos y no sabemos cómo acabó. El paisaje dentro del cráter es precioso y se ven grupos enormes de cebras y ñus moviéndose y caminando en filas, junto con la imagen de las montañas del volcán con las cumbres cubiertas de niebla hacen que todo sea aún más espectacular. Fue un día muy completo para acabar nuestro safari.
Otra vez ha sido una experiencia increíble poder ver a todos estos animales tan de cerca y en un paisaje tan impresionante. Después del safari pasamos un par de días en Arusha y volvimos a visitar la escuela masai donde había estado haciendo el voluntariado para volver a ver a la gente y enseñarle la zona y el proyecto a Blanca. Esto os lo cuento la semana que viene. Ahora ya estamos en la paradisíaca isla de Zanzibar disfrutando de la playa.
Podéis ver las fotos del safari en el siguiente link y también un video que hemos preparado con algunas de las mejores imágenes.
Por cierto, hoy he cumplido 27 años 😉 Aprovecho para dar las gracias a mi hermana que me ha hecho un regalo increíble y me ha montado un vídeo divertidísimo. Muchísimas gracias también a todos los que han participado. Ha sido genial. Para los curiosos pongo también el link del video.
Andrea dice
Crisss tia!!! qué pasada TODO!! Eres muy afortunada!! No sólo por las maravillosas aventuras que aún te quedan por vivir en ese maravilloso continente, sino por la gente aún más maravillosa que te espera a tu vuelta…!!!!
Y ya, aprovecho para felicitarte de nuevo…ZORIONAK POLITA!!!! 🙂
Kris Xerca dice
Muchas gracias guapa!!! un beso!
Joansu dice
Crec que acabo de decidir el meu viatge de vacances de l’any vinent. …Cuida’t Cris! Muak!
Kris Xerca dice
jejej bé!
Rosa dice
Quina passada el leopard i els cadallets de lleo!
Espero que hagis passat un bon dia d’aniversari i que hagis disfrutat molt amb el video!
27 petons i 27 abraçades,
Kris Xerca dice
Va se un dia genial i el video espectacular!!! moltes gracies, petonets!
Ingrid dice
🙂
Patricia dice
Cris felicidades corazón!!! es increible la cantidad de aventuras que estas viviendo!! que envidia sana!! sigue disfrutando y compartiendo tus vivencias con tus seguidores!!
Un petó molt fort! et desig el millor al teu camí! una forta aferrada!
Paty
Kris Xerca dice
Merci guapa! un petó molt fort!
ADRIANA dice
CRIS WAPA! QUE PASADA DE AVENTURA !! QUE WAI VER TANTOS ANIMALITOS Y ANIMALOTES JAJA!! UN BESITO MUY GRANDE !! Y UN BESO A BLAQUITOOO
Kris Xerca dice
Trivi!! jejej si bastantes animalotes 😉 un abrazo!
Ingrid dice
xD !
«Ver a varios coches parados es señal de que hay depredadores cerca. Ver a toda la gente de los coches con prismáticos es señal de que no vas a ver nada.»
M’alegro que t’hagi agradat el video! tothom s’ho va currar mil 🙂 !
Kris Xerca dice
jajajja
si xulissim el video!
sandra tarin mota dice
Hola Kris, mi hijo y yo vamos a finales de mes a Tanzania ¿Cuánto te costó el safari de 5 días? Comentas que estaba bien por calidad/precio. Yo los precios que veo, por ahora, son desorbitados. Saludos, Sandra