Después de muchas horas de vuelo, aterricé en Uganda el día 27 sobre la una del mediodía. Empezaba otro tipo de viaje, ya estaba sola, tenía que cargar con mis mochilas y, lo más complicado, tenía que descubrir cómo llegar de un sitio a otro. Ahora ya no tenía a nadie esperándome a la salida del aeropuerto. El aeropuerto de Uganda está en Entebbe, una ciudad a unos 30 minutos en coche de Kampala, la capital. Tenía que pasar un par de noches en Kampala y después coger un autobús para ir a Kabale, la principal ciudad del sur del país, donde había quedado con el manager de la organización donde estoy haciendo el voluntariado. Tenía un hostal reservado en Kampala, y el hombre del hostal me había explicado por email cómo llegar hasta allí en transporte público. Habíamos quedado que cuando yo llegara a una estación de taxis que él me había dicho le llamaría y me vendría a recoger. Lo tenía todo bien apuntado en mi libretita de viaje así que pensé que llegaría sin ningún problema.
Justo al salir por la puerta de recogida de equipajes, después de comprar una tarjeta SIM ugandesa, y cambiar unos pocos dólares pos Shillings (la moneda de aquí), ya tenía varios chicos persiguiéndome preguntándome donde iba y ofreciéndome un taxi. Apliqué algunas de las estrategias que he aprendido en otros viajes; no aceptar nunca lo primero que te ofrecen y no mostrar ninguna prisa ni interés. Me senté unos diez minutos en el bar, comiendo una chocolatina y mirando en la guía qué precio tenía que pagar por un taxi al centro de Entebbe. Aunque les había dicho a todos los supuestos taxistas que no quería ningún taxi, que estaba esperando a alguien que vendría a buscarme, dos o tres se sentaron cerca de mí, mirando qué hacía y esperando a que me levantara. Salí fuera y volví a sentarme unos diez minutos más, lo justo para que los que me seguían se convencieran de que no necesitaba ningún taxi y para tener tiempo de analizar la situación. Vi que había un cartel que ponía taxis y que estaban todos alrededor. Hay que decir que había muy pocos turistas, y que a la mayoría les habían venido a recoger transportes privados de los hoteles. Me acerqué al cartel de taxis y pregunté si alguien me llevaba por el precio que ponía en la guía. Primero me dijeron el doble, pero después de decir que había hecho ese trayecto muchas veces a mitad de precio, no me costó mucho que alguien me llevara. En menos de 10 minutos llegué al centro de Entebbe, y allí tenía que coger un taxi hacia Kampala. Estaba haciendo lo que me había dicho el hombre del hostal, aunque no entendía muy bien porqué tenía que coger dos taxis en vez de uno directo desde el aeropuerto. Enseguida lo entendí. Aquí un taxi no es un taxi. Un taxi en Uganda es una mini van que tiene un funcionamiento entre lo que serían nuestros taxis y nuestros autobuses. En la mini van hay 15 asientos, aunque normalmente llevan entre 18 y 20 personas (o más!). Tienen unos recorridos más o menos establecidos y puedes cogerlos en cualquier sitio y bajarte en cualquier sitio. Parece que los taxis “normales” solo están en el aeropuerto. El conductor me dejó en Entebbe y me dijo donde tenía que subirme para llegar a Kampala. Tenía casi una hora de trayecto así que iba medio dormida en el minúsculo espacio que tenía entre la gente y mis mochilas. Los taxis son muy lentos porqué la gente sube y baja todo el rato. Además, si el que quiere bajar está sentado justo al lado de la puerta genial, pero si está al fondo de todo, igual tienen que bajarse 4 o 5 personas para dejarle salir. Vamos, que vas apretado, te hacen levantar cada 5 minutos y tienes que descubrir donde bajarte y cuánto tienes que pagar, yo no me enteraba absolutamente de nada. Hasta el momento nadie me había hecho ningún caso, pero cuando ya llevábamos bastante rato se subió un chico joven a mi lado que por suerte se le ocurrió preguntarme dónde me bajaba. Le dije el nombre de la parada de taxi y justo estaba a 30 segundos de donde estábamos. Me bajé del taxi, el taxista me dejó la mochila al lado y allí me quedé. Estaba rodeada de muchísima gente, aún no había ni reaccionado y ya tenía 4 o 5 motoristas encima ofreciéndose para llevarme, ni siquiera sabía si me había bajado en el sitio correcto. Ese momento fue muy agobiante y sólo pensaba “¿cómo coño (perdón) voy a salir de aquí?”. Pensé en sentarme en algún sitio e intentar llamar al hombre del hostal pero me parecía imposible que pudiéramos encontrarnos. Pero justo en ese momento me giré y vi un hombre que me mostraba un cartel enorme muy apasionadamente. Cuando vi que ponía el nombre de mi hostal no podía creérmelo, ¿Cómo había aparecido allí? ¿Pero no habíamos quedado que le llamaría? Se ve que llevaba dos horas esperándome, y claro, aunque había un montón de gente, yo resaltaba claramente entre todos ellos. En fin, allí me di cuenta que por increíblemente estresante que pareciera ese lugar al final las cosas irían saliendo.
Baluku, el hombre del hostal, me facilitó la vida enormemente durante mi día y medio en Kampala. Tenía un hostal en un edificio muy muy cutre a las afueras de Kampala, al que llegamos después de caminar unos veinte minutos entre la multitud y coger dos taxis. No tengo ni idea de cómo llegamos al hostal, yo solo seguí a Baluku de un sitio otro. Él cuando veía demasiada gente me cogía del brazo como si fuera una niña pequeña a quien le dan la mano para cruzar la calle. Creo que si me hubiera hecho caminar en círculos durante media hora no me hubiera dado cuenta. No había nadie más en el hostal ese día así que Baluku me acompañó todo el día siguiente a hacer todo lo que tenía que hacer en Kampala antes de irme: recoger mis permisos para poder visitar los gorilas que había ya comprado desde Barcelona, cambiar dinero, y comprar el billete de bus para el día siguiente. Gracias a él pude hacerlo todo en una mañana. Suerte tuve de él porqué es realmente difícil moverse por Kampala. Hay muchísima, muchísima gente, y mucho tráfico. La mitad de los vehículos son taxis mini vans y la otra mitad son motos. Las motos, o boda–boda como las llaman aquí, son como nuestros taxis, te llevan donde quieras. En el centro de Kampala hay dos enormes paradas de taxis, una verdadera locura de mini vans luchando por circular y peleando por pasajeros. En estas paradas de taxis tienes que descubrir cuál va en la dirección que te interesa, si consigues descubrirlo, te subes y esperas a que se llene de gente para que salga. Bueno, después de varias vueltas y muchos taxis de un sitio a otro, por suerte la mañana siguiente me despedí de Baluku que me acompaño hasta el bus y dejé la estresante ciudad para ir a las zonas rurales del sur de Uganda.
Durante el trayecto en autobús confirmé lo que ya había visto desde el avión: Uganda es verde. Mires donde mires aquí todo es verde, hay muchísima vegetación, pero aunque parezca que tenga que estar lloviendo los 365 días del año las 24 horas del día, sólo llueve unos cuantos meses. Ahora estamos justamente al final de la “rainning season” y llueve sólo un poquito cada día. El sur de Uganda está bastante elevado, a casi 2000 metros de altitud, lo que hace que haga mucho menos calor de lo que esperaba. Con manga corta durante el día no se pasa calor y por la noche es necesario jersey, una temperatura bastante agradable en general.
Al llegar a Kabale, George, el responsable de los voluntarios, me recogió y me llevó a comer mientras me contaba el funcionamiento de la organización. La organización se llama Edirisa UK y ha creado escuelas en tres zonas rurales cerca de Kabale. Además de las escuelas también gestiona un grupo de trabajadores que fabrican vestidos y complementos varios con unas telas africanas muy bonitas, que luego venden en las tiendas y de dónde sacan beneficios para seguir desarrollando las escuelas. Al hablar con George tuve dos sorpresas; la primera es que ahora los niños están de vacaciones durante tres semanas, y la segunda es que había otro chico catalán, Toni, que había llegado un par de días antes y que estaría haciendo el voluntariado en la misma escuela que yo. Me sorprendió que nadie me hubiera avisado de que los niños no tenían clase ya que se suponía que tenía que darles clase, pero me dijo que estos días aprovecharíamos para pintar algunas de las aulas. También me sorprendió que hubiera otro catalán en este sitio remoto y que justo acabara de llegar también. A parte de Toni y yo sólo hay dos chicas más de voluntarias: dos inglesas que llevan ya 6 meses aquí. Al día siguiente George me llevó a la escuela.
Para llegar a la escuela hay que ir a un pueblo que está a unos 40 minutos de Kabale, que se llama Bukinda. Desde allí hay otros 40 minutos caminando o unos 10 en coche o moto si tienes suerte y alguien te lleva. Es una zona muy rural, llena de campos y con pocas casas. La escuela está en una amplia zona de hierba verde, al lado de una pequeña iglesia. Hay un edificio para los niños más pequeños y otro para los niños de primaria. También hay un tercer edificio dónde vivimos los voluntarios. Digo edificios pero son construcciones pequeñas de una sola planta. En el edificio de los voluntarios hay una sala bastante grande con un par de sofás, un par de mesas y una zona para cocinar. No hay fregadero, así que tenemos un par de cubos que tenemos que ir llenando de agua para lavar los platos. Hay unas ocho habitaciones dobles pero como somos pocos tenemos una para cada uno. La zona de los lavabos está separada de las habitaciones. El váter es un agujero en el suelo, que tendrá unos cinco metros de profundidad, y allí se va acumulando todo. Lo gracioso es que han construido como una especie de váter móvil que puedes colocarlo encima del agujero por si quieres sentarte. La ducha, aunque fría, está bastante bien. Hay un depósito donde se acumula el agua de la lluvia que es la que utilizamos para la ducha, para fregar los platos, para cocinar y para lavar la ropa. Tampoco tenemos luz, así que a partir de las siete y media de la tarde hay que ir con velas o linternas. Hay un generador de corriente pero solo da para cargar los móviles y otros aparatos unas horas por la mañana. Aunque con pocas comodidades, la casa está en buenas condiciones y muy limpia, y sin duda, es la más lujosa de la zona, ya que los locales viven con muchas menos comodidades aún. Los fines de semana, cuando vamos a la ciudad, tenemos que comprar la comida para toda la semana aunque, por suerte, el agua y el papel de váter nos los traen aquí en moto y no tenemos que ir a buscarlos.
La verdad es que no estoy especialmente contenta con la organización del voluntariado. El día siguiente de que yo llegara, las dos chicas inglesas, que en teoría eran las que tenían que enseñarme todo, se fueron a pasar el fin de semana fuera y aún no han aparecido. George, el responsable, tiene que venir una vez a la semana a traer material y tampoco ha aparecido. Agnes, una ugandesa encargada de la limpieza de la casa y de organizar las cosas también está de vacaciones. Supongo que al coincidir con las semanas no escolares, todo está más descontrolado de lo normal. En definitiva, que llevamos una semana Toni y yo aquí solos, dos catalanes en medio de una zona remota de Uganda. Por suerte Toni llegó un par de días antes y le explicaron, sin mucho detalle, lo que teníamos que hacer. Pero aunque pueda parecer un poco dramático, y sea una vida extremadamente diferente a la que estoy acostumbrada, la verdad es que se está muy bien y cuantos más días pasan más me gusta. Es una vida muy relajada y tenemos tiempo de disfrutar de la tranquilidad del sitio. Trabajamos unas dos o tres horas por la mañana y el resto del día estamos con los niños de aquí, que nos enseñan muchas cosas.
Esta semana hemos estado arreglando una de las clases; hemos pintado las paredes y hemos limpiado. La clase en sí no está especialmente mal, pero todo el material está muy mal cuidado y hay muchísima suciedad. Los libros están llenos de barro, las estanterías, las mesas y las cajas de juguetes llenas de cacas de rata. Había unas muñequitas muy monas asquerosamente sucias y apestosas, llenas de caca de vaca, que aunque nadie lo veía necesario, hemos decidido limpiar. Antes estaban completamente marrones y ahora son de colores vivos, increíble lo que hace un poco de agua y jabón, parecen nuevas, claro que poca gente aquí tiene acceso a agua y jabón.
Lo mejor de estar aquí es pasear por los alrededores o simplemente sentarse delante de casa y observar la vida de la gente y hablar y jugar con ellos. Como la escuela está en una zona amplia, normalmente los niños vienen a jugar a la pelota aquí delante. Además, la gente pasa por aquí cargando todo tipo de cosas en la cabeza; troncos, patatas, garrafas de agua etc. Aquí la gente no tiene agua corriente en casa así que tienen que ir a buscarla cada día con garrafas. Algunos “afortunados” solo tienen que caminar unos metros, pero otros algunos quilómetros. Llenan garrafas de unos veinte litros y las cargan encima de la cabeza, es impresionante. Yo tengo que cargar esta garrafa solo de la ducha hasta la cocina y casi no puedo con ella. Aquí la mayoría de familias viven de la agricultura y la ganadería, tienen campos donde cultivan varias cosas; plátanos, boniatos, patatas, bananas, etc. y animales, principalmente vacas, cabras, cerdos, gallinas y conejos. Por cierto, las vacas de aquí son muy bonitas y tienen unos cuernos gigantes. La mayoría de niños pequeños trabajan la tierra o cuidan de los animales para ayudar a sus familias. Por todas partes se ven niños trabajando y cargando cosas.
A la mayoría de niños les hace mucha gracia ver a “muzungus”, que es como aquí llaman a los blancos, y es fácil interactuar con ellos. Les gusta que les hagan fotos y después verlas en la pantallita de la cámara, les gusta coger la cámara y sacar ellos mismo las fotos, mirar lo que hacemos con el ordenador etc. De vez en cuando hasta se animan a leer algún libro o a enseñarnos un poco de Rukiga, el idioma de aquí. Los adultos, también suelen ser muy amables y les encanta cuando les saludas en su idioma. Toni se ha hecho muy amigo de Paul, un niño encantador de 16 años que vive en la casa de al lado y habla muy bien el inglés y nos enseña muchas cosas. Nos llevan a pasear por la zona y nos van explicando las diferentes plantas y frutas que tienen.
Delante de casa hay una casita de conejos hecha con troncos y elevada del suelo, pero estaba vacía. Toni quería comprar un par de conejos y Paul y sus hermanos nos han acompañado por la zona hasta que hemos encontrado alguien que nos vendiera un par de conejos. Ahora tenemos un macho y una hembra y según dicen en un par de meses habrá una familia entera de conejos, ya que, como dicen ellos de una forma muy graciosa, los conejos están siempre “produciendo”.
Bueno, esta entrada se me ha quedado bastante larga, pero es difícil explicar tantas cosas, experiencias y sensaciones nuevas en pocas líneas. Espero que os hayáis hecho una idea sin aburriros mucho. Aún me quedan muchas cosas por explicar pero ya iré contando poco a poco. Ahora voy a pasar el fin de semana a un lago que hay aquí cerca precioso, donde ya estuve el fin de semana pasado. En la próxima entrada os hablo sobre el lago. Buen fin de semana!
Podéis ver las fotos en el siguiente link!
Ingrid dice
Hola muzungu!
M’alegro moltíssim que hagis decidit fer aquest blog! és realment com seguir de molt a prop el teu viatge, m’encanta (i em moro d’enveja)! i sí, t’ha quedat llarguíssim, però com et va dir la Mercè, està super ben escrit i jo no m’he avorrit en cap moment!! no treguiiis res que tot és super interessant! 🙂
Per cert, m’ha fet molta gràcia això: «como dicen ellos de una forma muy graciosa, los conejos están siempre “produciendo” » jajaja!
Vaig a mirar les fotos que encara no les he mira’t XD, un petó!
Rosa dice
Impressionant el que expliques!!!
Quan ho llegeixo no puc evitar sentir una forta emocio i un sentiment d’orgull cap a tu!!!
Es facil imaginar la situacio tal i com la descrius… I despres… Al veure les fotos… Vas identificant tot el que menciones!
Relaxat al cap de setmana al llac i escriu mes coses aixi que puguis!!!!
Molts petons i moltes abraçades!!!
Rosa dice
El paissatge es realment maco!!!☺️
La foto de l’home dormint damunt la moto…. De concurs!!!!
L’invent de tassa de water no te desperdici… El que no acabo de saber perque es, es la cistella de plastic que hi ha penjada a la dutxa que sembla que te una corda dins….
Hi ha alguna foto que sorti el Baluku? Sort que sembla que aquest paisos es facil trobar algu que t’ajudi!
Ingrid dice
vas veure com paria una vaca? hi ha una foto que surt un vadellet acabat de néixer amb la mare, no?
Mercè dice
Kris, em quedo bocabadada, llegint aquest relat m,has fet transportar-me amb tú a aquests paisos que jo mai coneixeré. he de felicitar per ser tan valenta, i tenir tant de coratge per voler viure aquesta experiència que sense dubte et farà molt i molt forta i que segur et canviarà.
I pensar que has estat una nena que ha viscut com una autèntica reina, amb tot tipus de comoditats i sense cap mancança, t,admiro, jo no seria capaç.
En fi, no deixis d,escriure , ja estic esperant les seg uents línies molt impacient.
Cuida,t molt . Fins àviat
Kris Xerca dice
Gràcies Mercè!
Kris Xerca dice
jajjaja, el Baluku es el que surt en algunes fotos del principi a la ciutat. On es veu millor és la foto on surt ell sol assegut dins d’un taxi.el cistell de la dutxa es un cistell ple de coses varies, xo va be per deixar la roba i la tovallola!La vaca havia nascut el dia anterior, però encara hi havia la placenta per allà.
Ara estic al llac ya, escribint amb unes vistes increïbles! Ptons!
el padrinet dice
Molt interessant i didàctic el que expliques. Encara que no ho dius explicitament dona la impresió que, en general, aquesta gent, tot i tenit molt menys, és tan o més feliç que nosaltres. O no?
Per cert, els fans volem que li digues a l’amic d’en Toni que us faci una foto que hi sortiu tots dos.
Kris Xerca dice
Tiet! Doncs si, jo crec que són feliços, suposo que com a tot arreu alguns més que altres. El que està clar es que estan acostumats a conformar-se amb molt menys i el millor de tot és que son molt generosos amb nosaltres i els hi encanta explicar-nos coses i ajudar-nos en el que sigui!
Kris Xerca dice
Jajaj el tema fotos ja ens en farem alguna…de moment ell surt a les fotos de la meva càmara i jo a les de la seva!…és el que té ser dos amb dues càmares!
Joana dice
Hola!!!
Sòc Joana. Desitjo que disfruteu d’aquesta estada coincidint amb el Toni, és una mica «pupas» però divertit. Cuideu-vos i disfruteu al màxim l’experiència! Fins aviat!!!
Kris Xerca dice
Hola Joana!
Jeje si, però crec que se’n sortirà ;). Gràcies, ya t’anirem posant al dia!
Toni Monés dice
Estem disfurtant del teu fantàstic viatge i experiència amb els pares ! Felicitats .
Una abraçada !
Kris Xerca dice
Gràcies Toni!
Carme Vilarasau dice
Hola Kris:
La teva mare m’ha donat el teu blog i estic molt entretinguda mirant’el i llegint les teves experiències.
Jo vaig estar a Egipte, però fa molts anys i és sensiblement diferent de Uganda.
Jo vaig sovint al Congo i, pel que expliques és força semblant.
D’aqui a 15 dies aprox. hi torno.
Quan tornis ja ens faràs 5 cèntims de la teva impresionant experiència.
Quan llegeixo, sento una enveja sana i admiro el teu valor.
T’aniré seguint !!
Molta sort i que disfrutis molt!
Un petó
Kris Xerca dice
Gràcies Carme!que vagi bé pel Congo! Estarem relatiament a prop!
Beth lolo dice
Criiis! Molt interesant tot el k expliques no s’ha ma fet gens llarg!
M’alegro que ho estiguis passant mb i k estiguis be! Mncantaria a mi tmb fer-ho pero n m’ atreveixo! Disfruta molt d’ akesta gran experiencia.
Un peto
Kris Xerca dice
Gràcies guapa! un petonet!
Toni Romero dice
Que gran que és la Kris. Avui un amic de Bukinda m’ha dit que li encanta el seu riure. I s’ha ficat a imitar-la.
S’ha guanyat el favor dels nens mostrant-se oberta.
Li espera un any apassionant i complex. Però ho passarà amb nota!
S’espavilarà a tot arreu ho vagi. Que ningú en tingui dubte.
És una bona exploradora. jejeje.
Un dels seus primers companys de viatge.
Toni
Kris Xerca dice
jajajaj Toni em pregunto des d’on t’estàs connectant! Has punxat la fibra òptica dels veïns?
Ja em diràs qui és aquest que m’imita! En unes hores vaig cap a Bukinda, fins ara!
Rosa dice
Quina sort Kris d’haver coincidit a Kampala amb el Baluku que sense demanar-li va decidir acompanyar-te per la seva ciutat coneguda per ell, pero super caotica per a tu…!
I ara a Bukinda trobar-te amb el Toni, voluntari com tu i per mes recolzament catala, que fa que els teus primers dies de la teva experiencia siguint molt mes facils…!
I esta rodajada de nens que no tenen res i sempre tenen un somriure a la boca, i riuen amb tu per qualsevol cosa que els hi ensenyis o t’ensenyin!
Petons per a tu i pels teus companys de viatge!
Kris Xerca dice
jjejeej si de moment tot molt bé!ptons!
Laia Vives dice
No deixis d’escriure les teves experiències i d’enviar fotos, gràcies per fer-ho. No solament és compartir la teva experiència, per mi, es com si estigués viatjant amb tu, torno a viure les meves pròpies experiències viatjant i em fa feliç que tu també puguis viure, compartir i conèixer tot aquest món en el qual vivim i que té tant per ensenyar-nos. El decidir sortir d’aquesta bombolla de “comoditat” que vivim, t’ensenya a canviar els teus valors i donar prioritat al que realment és important.
Les fotos son precioses i la teva cara molt mes. Petonets i una abraçada molt forta.
Kris Xerca dice
jejejej gràcies tieta!
Joana dice
Per fi vaig conseguir veure totes les fotos! Estic desitjant veure les que feu en relació a l’excursió dels goriles. Quina enveja!
Kris dice
Ok perfecte! es que abans no es veien bé, ara ja ho vaig canviar! Si, els goriles la setmana que ve!
Gema dice
Preciosa experiencia vital. Deberíamos tener todos una experiencia similar para valorar todo lo que tenemos. 😉
Kris Xerca dice
Gracias Gema! la verdad es que ha sido una experiencia increíle 😉